La magia de Barrio Sésamo

Barrio Sésamo, una serie de los años ochenta, creada por el fallecido Jim Henson (productor también de los famosos Teleñecos), era un programa educativo para un público infantil. Emitido a partir de 1976, en horario de tarde, por televisión española. Se trata de una producción que ha educado y divertido a 150 millones de niños a lo largo de tres generaciones. Su aceptación fue enorme a nivel mundial, contenía diversos elementos de humor que encandilaban a todas las edades.

Dirigida a todos los niños en edad preescolar, no solo ellos eran capaces de quedarse embobados frente al televisor, grandes y pequeños hemos disfrutado de esta serie. Combinando el entretenimiento y la educación enseñaban a los más pequeños: los colores, las letras, los números, los días de la semana, incluso sesiones de educación vial, la importancia de la higiene diaria, el valor de la amistad y muchas otras cosas más. Pero siempre usando una mezcla de animación, acción…etc. Se mantuvo en antena hasta 1987. Ya en el año 1988 televisión española decidió renovar la serie infantil, sustituyéndola por un espacio llamado ‘Los Mundos de Yupi’. Aunque dicha serie volvió a emitirse a finales de los ochenta y a mediados de los noventa, provocando que otras generaciones lo descubrieran.

La serie estaba ambientada en las calles de un barrio humilde, en el que vivían todos los personajes, donde cantaban, bailaban y leían cartas que los propios niños enviaban al programa.

Nunca antes habían existido unos  profesores tan divertidos y simpáticos, los cuales te hacían aprender sin esfuerzo. Con el bocadillo de chocolate en la mano, frente al televisor. Los niños aprenden de todo lo que les rodea, por mediación de la  familia, con los amigos, en el cole, jugando o simplemente viendo la televisión.

La autora del artículo publicado en Plos Biology asegura que «la actividad neuronal de los niños mientras ven un capitulo del Barrio Sésamo predice su futura habilidad en tareas de matemáticas y sobre todo en tareas verbales. Un equipo de investigadores británicos ha examinado el cerebro de algunos niños mientras disfrutaban viendo la serie Barrio Sesamo con unos resultados que nos podrían ayudar a entender el desarrollo cerebral«.

Un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Rochester, analizó la actividad de los niños mediante imágenes de resonancia magnética funcional cuando veían Barrio Sesamo. Los científicos podían determinar si en pequeño presentaba más habilidades lingüísticas o matemáticas. Durante la investigación, los niños contemplaron extractos de dicha serie en los que se abordaban números, palabras o formas geométricas. Según el tema a tratar se les activaba diferentes áreas del cerebro. Cuarenta mil puntos del cerebro en los que cada dos segundos  se determinaba una actividad neuronal. Con esos datos fueron capaces de trazar mapas de alta definición de los cerebros de los niños.

La primera emisión fue en noviembre de 1969, llegando a más de 4000 episodios en 37 temporadas, convirtiéndose en el programa para niños más duradero de toda la historia de la televisión.

Os voy a recordar alguno de sus protagonistas, Blas: tenía una sola ceja, con la boca grande y una cabeza que parecía un limón. Epi: con la carita más rechoncha, y su jersey de rayas con cuello alto. Una inseparable pareja que como tal no hacía más que discutir, aunque en el fondo eran muy buenos amigos. Epi era el bromista mientras que Blas se mostraba serio, casi me atrevo a decir, enfadado. El monstro de las galletas: grande y de color azul con una enorme boca, jamás se cansaba de comer y comer galletas. La gallina Caponata: con su plumaje amarillo y sus medias a franjas de colores. Su carácter curioso y un tanto simplón, similar al de los niños  con los que le resultaba muy sencillo conectar. Coco: el superhéroe de barrio sésamo y el encargado de enseñarnos la diferencia entre cerca- lejos, arriba – abajo …etc. Don Pimpón: con su cámara de fotos colgada al cuello, cuando era pequeña no sabía realmente si era un búho o un espantapájaros,  a mí  me recordaba a un abuelito, siempre contando historietas para entretener a los más pequeños. Espinete: un entrañable erizo de color rosa, con un oído más que refinado, era capaz de escuchar la llegada de una bicicleta o incluso el tic –tac de un reloj desde lejos.

Recuerdo cada tarde al salir del cole, nada más llegar a casa pedía la merienda y allí me plantaba en frente de la televisión, a ver Barrio Sesamo. Recuerdo a mi abuelo, quien todas las tardes veía la serie infantil a mi lado y cuando me decía: «¡Hija no te pongas tan cerca de la tele, que te van a tener que poner gafas!»…  Que más se podía pedir, que bonita época cuando eres niño y no existen preocupaciones de ningún tipo. Es por ello que  me considero una persona  afortunada, el haber crecido viendo una serie educativa que nos aporto tantos conocimientos…

No hay duda de que la vida cambia, los niños cambian y la historia va cambiando de manera que hoy por hoy viendo la misma serie nos podemos hacer preguntas del tipo: ¿Qué era Don Pimpon, un búho?¿ Por qué Espinete se ponía pijama para dormir?¿Por qué Blas andaba enfadado la mitad del tiempo? Entre otras

Espero que solamente en un ratito de lectura seamos capaces de ponernos en el lugar de los niños y ver hasta qué punto son capaces de conformarse con mucho menos de lo que los padres están dispuestos a dar. Que no tiene nada de malo que vean la tele, en su justa medida, siempre y cuando sean series educativas que les puedan aportar conocimientos y que estén lo más enfocadas posible para su edad.

Fuentes| Un texto de Mar García, Plos Biology, Heraldo de Aragón

En colaboración con iHA| Mar García

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