Hace más de 2000 años, durante el reinado de las dinastías Ptoelmaicas en Egipto, alguien decidió esconder algunas de sus posesiones más preciadas en el templo de Luxor. Se han descubierto tres frascos “colocados deliberadamente entre dos muros de adobe”, según el arqueólogo Angelo Sesana. En uno de los recipientes se han encontrado tres pares de zapatos y uno suelto. El calzado esta hecho de piel de bovino y se ajustaban a través de tiras de lino.
Lo sorprendente de este calzado es que están reforzados, en la suela y la parte superior, con una pieza de cuero que hacía mucho más resistente los zapatos, sobre todo en terrenos enfangados. Esta innovación permitía una mejor resistencia al agua. Hasta ahora se creía que este tipo de diseño no se había empezado a utilizar hasta en la Edad Media.
Dos de los pares pertenecieron a niños, apenas cuentan con 18 centímetros de largo. El análisis de las prendas ha determinado que uno de los individuos padecía cojera, el zapato izquierdo sufrió un mayor número de reparaciones debido a que era sometido a una presión desigual. Además la prenda suelta ha permitido establecer que su propietario sufría hallux valgus, más popularmente conocido como juanete.
El hallazgo se realizó en 2004 por una expedición arqueológica italiana, dirigida por Sesana. Los arqueólogos entregaron los objetos a André Veldmeijer, un experto en el calzado del antiguo Egipto.
«El hallazgo es extraordinario ya que los zapatos estaban en perfecto estado y todavía conservan la flexibilidad«, escribió Veldmeijer. Por desgracia, después de haber sido desenterrados los zapatos se volvieron «extremadamente frágiles«, agregó.
Para Veldmeijer el análisis sugiere que los zapatos pudieron haber sido fabricados en el extranjero y eran «relativamente caros«. Las sandalias eran el calzado más común en Egipto y el estilo y calidad de estos siete zapatos les hace ser un elemento de lujo.
La datación aproximada del calzado se basa en el frasco en el que se encontraron, así como en la estratigrafía o disposición en capas de sedimentos de la zona. Presumiblemente se podrán datar con mayor certeza a través de las pruebas de carbono-14.
Según los expertos algún tipo de disturbios obligó a los dueños del calzado a esconder sus pertenencias y huir apresuradamente.
Fuentes| Blogabouthistory & Livescience
En colaboración con iHistoriArte| Redacción
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