En las procesiones de Semana Santa de casi todas las ciudades y localidades de España cada año, curiosamente, hay más niños que viven nuestra Semana Santa como los cofrades adultos.
La Semana Santa, es, sin duda, una de las citas importantes del panorama cultural, artístico y tradicional de cuantas completan el calendario. Con más de siete siglos de historia, llega hasta nuestros días en continuo crecimiento y con un futuro prometedor. Estos pequeños cofrades son el futuro de las mismas. Desde muy pequeños, y en muchas ocasiones por tradición familiar, salen en procesión cada vez más pequeños resistiendo las inclemencias del tiempo, los largos trayectos y las numerosas horas de pie.
En pocos años estas generaciones tomarán las riendas, y la mejor manera de perpetuar este espíritu cofrade es dejar que los más pequeños sean protagonistas de sus cofradías y que se sientan parte importante de ellas. Las hermandades o cofradías se convierten en realidad en puntos de encuentro para los más jóvenes ya que en concreto en Aragón ensayan durante parte del año tocando el tambor, bombo, timbales… durante horas donde aprenden y perfeccionan los toques. Los alumnos tocan formados en un círculo para que puedan observarse y el encargado de enseñar los toques vigila la colocación de los palillos o de los tambores y corrige los malos hábitos. Una vez se aprende a coger bien los palillos o la maza, todo lo demás es oído y práctica.
Mucho de estos niños hacen las delicias del público con los pasos y trajes confeccionados con materiales escolares.
Pero para comprender el sentimiento de la Semana Santa, es necesario hacer un recorrido por su historia, remontándonos a sus orígenes para llegar hasta nuestros días.
Como es sabido las procesiones de Semana Santa surgen como una expresión pública de un dogma, el de la Redención de Cristo, teniendo su origen en los Vía Crucis como el del Viernes Santo que ya desde finales de Edad Media se celebraba en Jerusalén.
Aunque llegar a una fecha exacta para establecer por ejemplo el origen de la historia de la Semana Santa en Zaragoza resulta imposible, tradicionalmente se entiende que las primeras manifestaciones y celebraciones van ligadas a la aparición de la hermandad de la Sangre de Cristo, que comienza su andadura en el siglo XIII.
Pero es a partir del siglo XVI cuando los desfiles ya se encuentran generalizados en todo el país, con hermandades y cofradías que tienen su origen en las diferentes localidades, con unas determinadas advocaciones.A lo largo de los siglos, la hermandad de la Sangre de Cristo de Zaragoza centró su atención en comprar nuevos pasos para ampliar la procesión del Santo Entierro.
La importante labor de la hermandad, sufrió un duro revés con la llegada a España del ejército francés de Napoleón. Durante los años 1808 y 1809 fueron destruidos, además del convento de la Venerable Orden Tercera, todos los pasos del Santo Entierro, a excepción del Cristo de la Cama.
El momento en el que la Semana Santa de la capital aragonesa adquiere la estética actual, es en el año 1936, cuando después de una huelga de los terceroles (porteadores encargados de llevar los pasos en la procesión del santo entierro, que se celebra el día de Viernes Santo) un grupo de fieles de la imagen de la Piedad, crean una cofradía para poder sacar a la Virgen de la Piedad por las calles de Zaragoza, adquiriendo el capirote como prenda de cabeza y copiándolo de Andalucía. Fue desde ese momento cuando surgieron la gran parte de las cofradías y hermandades actuales.
Intensamente ligada a la Semana Santa española aparece los elementos musicales. En Andalucía y Levante, las saetas, trompetas, bandas se asocian a los desfiles. Pero en Aragón, como ya hemos comentado, el tambor es el instrumento por excelencia y el que más identifica a estas procesiones. En Zaragoza en concreto ya en el año 1700 acompañando el paso de la muerte aparece el tambor en la procesión del Santo Entierro. Dentro de Aragón, Calanda y Alcañiz, en Teruel, con sus vibrantes sonidos tienen una alta significación. También en otros lugares se han incorporado jotas con ritmos de tambor.
Fuente| Texto de Myriam Monterde, Heraldo de Aragón, Pasión por la Semana Santa
En colaboración con iHistoriArte| Myriam Monterde
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