¿Mito o verdad?
El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia
Un viaje fantástico por el pasado
«El color de este Sagrado Cáliz es tan extraño y peregrino que, al volverse, se van formando diferentes visos… Y si bien a primera vista se representa como una brasa de fuego amortiguada…»
Agustín Sales 1736
Cáliz de Valencia Crédito:catedraldevalencia |
Como siempre que se trata de argumentar la veracidad o procedencia de reliquias cristianas nos movemos en un terreno complicado. La diversidad de falsificaciones sufridas sobre todo en época medieval. Así como la multiplicación de objetos que aseguran ser el verdadero, dificulta sobremanera establecer una aseveración definitiva sobre la procedencia y autenticidad del Santo Cáliz de Valencia. Ya que se trata de una reliquia que ha suscitado gran cantidad de leyendas así como abundante literatura esotérica, sembrando de dudas el recorrido de la pieza. Sin embargo las investigaciones recientes le otorgan un lugar privilegiado frente a otra veintena de reliquias que aseguran ser la autentica. Por ello centraremos nuestro estudio en dicho cáliz.
La opinión de los expertos:
Parte superior del Cáliz Crédito:catedraldevalencia |
Investigadores de renombre como la norteamericana Janice Bennett o el aragonés Martín Bueno, han coincidido en afirmar recientemente que ninguna de sus investigaciones puede descartar que el Santo Cáliz de Valencia sea el auténtico. Ambos reafirman la hipótesis de que la copa utilizada durante la Última Cena, que debió pertenecer a la mejor vajilla del anfitrión del evento, sería de piedra.
Si bien es cierto que existe cierta confusión acerca de los primeros pasos de dicho objeto. A partir de 1399, con su traslado por parte de Martín el Humano, hasta el palacio de la Aljafería de Zaragoza, es fácil seguirle el rastro. La abundante documentación existente así como su estancia prolongada en la ciudad de Valencia –aunque con breves intervalos– facilita su seguimiento. La mayoría de las investigaciones coinciden en que su traslado desde Jerusalén a Roma es incuestionable. Posiblemente llevado a cabo por Pedro en su periplo desde la provincia asiática hasta la capital del Imperio.
Inscripción del Cáliz Crédito:A.Beltrán |
El estudio del Canon Romano hace pensar a los investigadores que posiblemente los primeros papas, mantenían el convencimiento de estar utilizando el mismo cáliz que utilizara Jesús en la última cena. En la consagración del vino durante la ceremonia de la Eucaristía se pronunciaban las siguientes palabras:
«Accipiens et hunc praeclarum calicem in sanctas suas venerabiles et dignas manus...» (‘El Señor’ tomó también ESTE precioso cáliz en sus manos santas y dignas).
Para el italiano Alfredo Barbagallo el cáliz de bendición usado para celebrar la Pascua sólo pudo ser de piedra –es decir el de Valencia–. Y la expresión: «este mismo cáliz«, en la que se usa el adjetivo «preclaro«, de origen semítico, precisamente para clasificar al cáliz. Indica que entre quienes lo usaban había cristianos judíos, y por lo tanto sería fechable en la segunda mitad del siglo I o a lo sumo en el siglo II d.C.
Según Janice Bennett sabemos por las Sagradas Escrituras y por el sentido común que Jesucristo utilizó una copa y no un: caldero, plato, frasco de perfume o a Maria Magdalena para instituir la Eucaristía, cómo se ha llegado a insinuar. Además, existen pocos ejemplos de cálices tradicionales antes del tiempo de Carlomagno. Y la única copa de piedra es la parte superior del cáliz valenciano.
Esquema de la pieza Crédito:A. Beltrán |
Todas estas aseveraciones refuerzan el estudio realizado en 1960 por el profesor Antonio Beltrán que de forma pormenorizada estableció que la reliquia estaba formada por tres partes distintas, todas ellas de diferentes épocas, y que «no existe evidencia alguna contra la posibilidad de que esta copa pueda haber sido utilizada por Jesucristo en la Última Cena«. Además según dicho estudio, El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia,la copa superior se remonta a la época comprendida entre el siglo IV a.C. y el siglo I d.C. Además establece, por sus características, que procede de un taller de Egipto, Siria o incluso de la misma Palestina. Afirmando así que «pudo estar en la mesa de la Santa Cena» y «pudo ser la que Jesucristo utilizó para beber, para consagrar o para ambas cosas«.
«Puede aventurarse, sin temor a errar, que las distintas piezas del Santo Cáliz
se reunieron en San Juan de la Peña, donde fueron montadas por un orfebre, que
debió trabajar allí, mejor francés que mozárabe o mudéjar, a principios del siglo XIV. Después, tal vez procedente de otra mano, se le añadió el borde actual del pie con los tirantes, las perlas y las piedras, de tal suerte que en 1399 estaba como hoy lo conocemos. O por lo menos así figuraba en el inventarío de 1410, al morir Martín el Humano. Cabría que la montura o los añadidos del pie se hiciesen
en Zaragoza o en Barcelona en la década que va de 1399 a 1410.
Todos los extremos enunciados son demostrados en las páginas que anteceden y ninguno de ellos estorba a la autenticidad del Santo Cáliz respecto de la Santa
Cena. De la datación de la copa y de la situación geográfica del taller se deduce la más absoluta posibilidad arqueológica. El resto de las piezas añadidas demuestra el valor que al Cáliz se le otorgaba, y el que esto se hiciera tardíamente no se opone para nada a su genuinidad.»
Antonio Beltrán, El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, 1960.
Continuará…
Bibliografía| Beltran, A., Estudio sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia.
Olmos Canalda, E., Cómo fue salvado el Santo Cáliz de la cena. Rutas del Santo Cáliz desde Jerusalén hasta Valencia.
En colaboración con iHistoriArte| Dave Meler