En la historiografía se utiliza el año 1808, cuando se produce la ocupación francesa y el inicio de la llamada “Guerra de la Independencia”, como el punto final del Antiguo Régimen. No obstante, es preciso tener presente que en España la decadencia del estado absolutista fue un proceso largo que se acentuó en las últimas décadas del siglo XVIII, a raíz del triunfo de la revolución francesa y la consiguiente propagación de las ideas ilustradas por Europa, y, sobre todo, con los fracasos que cosechó la corona española en materia de política internacional. La alianza que Godoy desarrolló con el emperador Napoleón desde principios de siglo, y el compromiso de España para con los planes franceses de aislar y mermar el poder de Inglaterra, llevó a España a participar en contiendas bélicas que exigieron un gran esfuerzo económico a la corona. La Guerra de las Naranjas (1801) o la derrota de la escuadra franco-española en la Batalla de Trafalgar (21/10/1805) vinieron a agravar la delicada situación de las finanzas del reino de Carlos IV.
Los desastres bélicos que habían acompañado a la corona española en la última década y el elevado gasto de tal sucesión de guerras agravó el estado de las cuentas y originó una aguda crisis de la Hacienda. Los ministros de Carlos IV fueron incapaces de solucionarla ya que, por un lado, las medidas a adoptar hubieran provocado una lesión en los intereses de los estamentos privilegiados y, por otro lado, temían que se produjera una revolución si la situación social empeoraba. El ambiente de crispación aumentó ante la constante presencia de tropas francesas en España. En 1807 la corona Española suscribió con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, que estableció el reparto de Portugal entre Francia y España y el propio Godoy, y el derecho de paso por España de las tropas francesas encargadas de su ocupación.
Sabías que...La Guerra de las Naranjas fue un breve conflicto militar que enfrentó a Portugal contra Francia y España en 1801. El motivo del enfrentamiento fue la negativa de Portugal de cerrar sus puertos a los barcos ingleses. España,que había firmado un el tratado de Madrid de 1801, por el cual se comprometía a declarar la guerra a Portugal si ésta mantenía su apoyo a los ingleses, declaró la guerra a Portugal al no ceder ante las pretensiones franco-españolas. La campaña militar apenas duró dieciocho días y se llevó a cabo entre mayo y junio de 1801.Por último, la Guerra de las Naranjas debe su nombre al ramo de naranjas que Godoy envió a la reina María Luisa cuando el ejército español sitiaba la ciudad de Elvas.
Las conspiraciones.
La presencia de soldados franceses en territorio español y la crisis de la Hacienda, fueron minando la imagen de Godoy, quien fue criticado por los sectores más tradicionales por sus proyectos reformistas y por su política complaciente hacia Napoleón. A finales de 1807 se produjo la Conjura de El Escorial, conspiración encabezada por Fernando, Príncipe de Asturias, quien intentó apartar del gobierno a Godoy y, a su vez, lograr destronar a su padre. Pero, frustrado el intento, el propio Fernando delató a sus colaboradores. La pugna política por el poder, lejos de disiparse, continuó en los meses siguientes. Los nobles, en unión a Fernando VII, siguieron conspirando contra Carlos IV y Godoy. El conflicto se reprodujo el 17 de marzo de 1808. Para entonces, la numerosa presencia de tropas francesas era preocupante. La familia real, ante el temor de hacerse realidad la ocupación, se desplazó desde Aranjuez hasta Madrid para, si fuera el caso, huir del país con mayor rapidez. La noticia del viaje real se propagó entre la población de Aranjuez, provocando un levantamiento popular. El palacio real fue asediado y Godoy fue hecho preso por los amotinados.
La caída de Godoy provocó una importante crisis de Estado. Carlos IV se vio obligado a abdicar en su hijo Fernando VII. A su llegada al poder, el joven monarca hizo una remodelación ministerial que tuvo como misión eliminar a los seguidores de Godoy y potenciar su poder e influencia. Asimismo, adoptó otras medidas importantes como la suspensión de la venta de los bienes eclesiásticos, decretada por Godoy en 1798, se abolió la superintendencia general de policía (creada en 1807) y se levantó el destierro a los opositores de Godoy, retornando al país personajes tan destacados como el conde de Florindablanca, Cabarrús o el escritor Jovellanos.
El 24 de marzo de 1808 Fernando VII hizo su entrada triunfal en Madrid. El ambiente de fervor y de alegría que se vivió ese día en la capital del país no tardó en disiparse. Fernando VII, que necesitaba y quería el reconocimiento del exterior, buscó el apoyo del emperador Napoleón Bonaparte. Éste, que se había negado a reconocerlo, en lugar de otorgar el apoyo al nuevo monarca, intentó convencer a Carlos IV para que reconsiderase la precipitada decisión de abdicar. El día 23 de marzo Carlos IV firmó un documento en Aranjuez por el que declaraba nula su abdicación alegando que había sido forzado a ella. De esta forma, dio comienzo un problema sucesorio que pondría en bandeja de plata el trono español a Napoleón. Fernando VII en un intento desesperado por legitimar su corona volvió a solicitar el reconocimiento del dirigente francés. Éste lo emplazó para mantener una entrevista en Burgos. El 10 de abril de 1808 Fernando VII salió de Madrid acompañado de una escolta francesa y de los generales Savary y Veddier, y del mariscal Bessèires. Napoleón no acudió al encuentro y ordenó que Fernando VII fuera enviado a Bayona. Fue entonces cuando el monarca español se dio cuenta del engaño y fue consciente de que había sido hecho prisionero.
El 30 de abril de 1808 llegaron a Bayona Carlos IV y la reina María Luisa. De esta forma se completaba la maniobra política realizada por Napoleón Bonaparte para hacerse con la corona de España. En Bayona el dignatario francés intentó convencer a Fernando VII para que renunciase al trono. El monarca español se resistió en un principio, hasta que el emperador le amenazó con la ejecución. El 1 de mayo de 1808 Fernando VII renunció a su corona a favor de su padre, sin saber que éste último había cedido los derechos a Napoleón. Terminado el proceso, Napoleón dispuso el traslado de la familia real al castillo de Valençay, donde estuvieron retenidos hasta 1814 y ordenó a Murat que completase la dominación de la península. Al día siguiente, se produjo un levantamiento popular en Madrid. Era el comienzo de la guerra de la independencia, también conocida como la guerra contra el francés.
En colaboración con iHistoriArte| Iván H.
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