Entre los años 1900 y 1904, muchos fueron las innovaciones y los nuevos diseños por parte de la emergente industria del automóvil en todo el mundo. España no estuvo a la zaga en el mundo del motor, contó con importantes fabricantes que han quedado un poco olvidados por nuestra historia automovilística.
Francesc Bonet Dalmau.
Nacido en Valls en 1840, fue un ingeniero industrial catalán, fabricante textil, apasionado de la opera y también de la tecnología. Hombre de mundo y bastante inquieto, construyó el primer automóvil de explosión en España en 1889.
La patente de dicho vehículo con el numero 10.313, fue concedida el 15 de enero de 1890. En los planos iniciales se contemplaba el dibujo de un vehículo de cuatro ruedas, aunque finalmente optaría por construir un vehículo de tres solamente. El cambio se debió a la imposibilidad de encontrar un fabricante que diseñara un diferencial capaz de transmitir la tracción a un eje de dos ruedas. El triciclo se componía de dos ruedas delanteras y una trasera motriz.
El motor que empleó Dalmau fue un Daimler de 2 cv que había adquirido, de un total de tres unidades, en la Exposición Universal de París de 1889. El inventor catalán vio los motores en el stand de Panhard & Levassor, la tecnología empleada le cautivó hasta el extremo de comprar uno. Posteriormente acabará adquiriendo los otros dos. La numeración de dichos motores era, 10, 11 y 13.
LA CUADRA
Fue la primera marca española fabricante de automóviles, fundada en septiembre de 1898 por Emilio de la Cuadra Albiol en la calle Diputación nº 458, Barcelona.
Emilio de la Cuadra se graduó como teniente de artillería en la escuela militar de Segovia. Destinado en Lérida, se embarcó en el proyecto de una central eléctrica para abastecer de luz a la ciudad. Ganó mucho dinero con este proyecto, y decidió retirarse con su esposa a Cuba.
Ya de nuevo en Europa y a raíz de la Exposición Universal de París del año 1889, quedó impresionado por el futuro prometedor del mundo del automóvil. Decidió vender la central eléctrica, y fundar entonces la primera fábrica de automóviles de la historia en España, La Cuadra.
Inicialmente los proyectos iban encaminados a vehículos eléctricos y no de explosión; ya que el señor Bonet tenía la exclusiva de la construcción de vehículos de explosión desde 1894.
Los tres primeros prototipos fueron, un coche, un ómnibus y un camión. Aunque los inicios fueron prometedores, al final hubo que desguazar los vehículos, ya que el consumo eléctrico se disparaba por el alto peso de cada diseño. Se incluyó más adelante un motor de explosión para recargar las baterías; pero tampoco funcionaría. Se podría decir que fue el primer coche híbrido español.
Desde 1899, de la Cuadra, se dedicó a la construcción de motores de
explosión. Para ello se contrató a un joven suizo de 21 años llamado Marc Birkigt, mecánico y bien preparado, con estudios en las escuelas superiores de oficios de Ginebra. Los los novedosos diseños del ingeniero suizo favorecieron la reducción de costes. Lo que le permitió centrarse en el diseño del ómnibus, aparentemente fácil sobre el papel se habían sobre-dimensionado todas sus cotas y pesos, lo que dificultaba su montaje.
Finalmente se consiguió equilibrar el conjunto, y en Agosto de 1900 se pudo presentar a la prensa en los aledaños de la fábrica. La prueba consistió en un pequeño paseo por la carretera camino a Vic. El vehículo de de la Cuadra tan sólo anduvo unos metros hasta que se paró. Este fue todo el trayecto que realizó el ómnibus español que acabó en el fondo del mar camino de Valencia.
Aunque sus motores eran fiables y funcionaban a la perfección, los gastos superaban a los beneficios y La Cuadra cerró sus puertas definitivamente en 1901. Provocando el regreso de de la Cuadra al ejército como comandante destinado en Ceuta.
La Cuadra estaba asociada a la empresa Roereche y Compañía; y juntos eran representantes de la marca Benz en España. El ingeniero Marc Birkigt termino asociándose con Damian Mateu, y juntos crear en el año 1904 la famosa marca de automóviles Hispano-Suiza, después ENASA y con ella los preciosos Pegaso Z-102, de Wilfred Ricart.
Bibliografía| VV.AA, Enciclopedia de la crónica del automóvil, Plaza& Jané, Madrid.
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En colaboración con iHistoriArte| Jose Luis Hernández