«Gunther es el tipo de héroe más adecuado para su tiempo… y el nuestro.» The New York Times.
Durante el año 2012 recibí una beca por parte de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (Santander) para asistir al seminario impartido por el magistral Philip Kerr relativo a Cómo se escribe un buen texto. Allí tuve la oportunidad de conocer en primera persona a uno de los escritores contemporáneos de novela negra con talento genuino y guardar en mi bolso algunos de los útiles consejos que aportó a sus alumnos a lo largo de sus interesantes exposiciones y que me gustaría compartir con vosotros.
Muchos sabréis que, a lo largo de este mes de agosto, el diario El País ha dedicado una sección específica a la novela de tiros, drogas, conspiraciones y asesinatos de la mano de trece autores actuales y genuinos desde Patricia Cornwell o Jens Lapidus y entre los que, por supuesto, se ha incluido al que me dispongo a presentaros.
¿Cómo es Phil Kerr?
Se trata de un autor escocés nacido en 1955, actualmente con residencia en la capital británica. Como tantos otros, estudió la carrera de Derecho para, posteriormente, dedicarse a la escritura. Comenzó la trayectoria literaria desempeñando su labor como redactor publicitario en compañías como Saatchi y se consagró como “escritor a tiempo completo” –tal y como él se denomina–, a raíz de su primera novela negra titulada Violetas de Marzo, de la saga Berlin Noir y protagonizada por un detective un tanto especial: Bernie Gunther, que le acompañará a lo largo del resto de sus obras con una personalidad atrayente para gran número de lectores.
El señor Kerr es un hombre tímido, de costumbres arraigadas, camaleónico, meticuloso y apasionado de su trabajo. La primera mañana del seminario se presentó ante el alumnado como un ser introvertido que no dominaba la técnica de hablar en público y que hubiera preferido sin lugar a dudas quedarse en su residencia londinense junto a la familia, desayunar y encerrarse en su despacho durante horas para investigar los pormenores de su próxima novela o desarrollarla. Sin embargo, a medida que avanzaban las clases, se integró gradual y positivamente transformándolas en una experiencia única y absolutamente recomendable.
Recomendó a autores europeos como Knut Hamsun –del que he hecho mención en un artículo previo–, y admitió haber leído a García Márquez si bien, para mi sorpresa, no mencionó a ninguno español. Hizo hincapié en la práctica del deporte en la vida del escritor que por definición es sedentario, así como en la multitud de amigos que había visto caer porque no eran capaces de inspirarse sin un cigarrillo entre los dedos. Yo misma presencié como al finalizar las clases corría alrededor del maravilloso Palacio de la Magdalena. Explicó su método organizativo a la hora de desarrollar los guiones e incluso brindó la posibilidad de contemplar algunas páginas de su próximo trabajo inédito. Asimismo, contó que estaba entrando en el interesante mundo de escribir para niños en atención a sus tres hijos y en paralelo a sus trabajos policíacos.
«Goethe tenía su teoría sobre el motivo de que el cielo fuese azul. No creía en la de Newton, que la luz es una mezcla de colores: pensaba que tenía que ver con la interacción de la luz blanca y su opuesta, la oscuridad». Si los muertos no resucitan.
¿Por qué Si los muertos no resucitan?
Porque, de entre su extensa bibliografía, este trabajo ha sido merecedor del Premio Internacional de Novela Negra RBA y porque, para los amantes de la historia centrada en la Segunda Guerra Mundial, les dará una nueva perspectiva a través de la figura de un antihéroe alemán de raíces judías que se mueve por el Berlín de 1934 y que, tras abandonar la KRIPO (Policía Criminal Alemana), las circunstancias le llevan a investigar un presunto asesinato dentro del creciente fervor antisemita en paralelo a la sospechosa designación de la ciudad como sede de los Juegos Olímpicos de 1936.
Se trata de una historia de ficción protagonizada por su personaje estrella, Bernie Gunther, desarrollada en un escenario real documentado de manera brillante y que se estructura, no obstante, en dos partes. A pesar de que la primera se centra en la Alemania nacionalsocialista, la segunda de ellas se desarrolla en La Habana de Batista, en 1954, a través del hilo conductor guiado por una mujer que se aliará, tal y como indica la sinopsis, «con el detective dentro y fuera de la cama para seguir la pista de una trama que une las altas esferas del nazismo con el crimen organizado estadounidense».
La última y octava novela de Kerr relativa a Berlin Noir, Prague Fatale, se publicó en 2011. El autor ha confesado en una de sus últimas entrevistas que le han hecho en el diario La Razón que le quedan como mucho tres novelas más de la saga detectivesca y que le han ofrecido llevar a Bernie Gunther a la pequeña pantalla, algo con lo que está muy satisfecho y que opina que funcionará mejor que el cine.
¿Sabías que…?
En una entrevista que Gregorio León le hizo el 5 de febrero del 2010 Phil Kerr admitió que Joseph Goebbels era el personaje más interesante de todos los jerarcas que rodeaban a Hitler. «Era un hombre divertido, inteligente, extrovertido. Y además, tenía mucho éxito con las mujeres. Tenía un pie deforme y era bajito, pero eso no suponía ningún complejo para él. Le gustaban particularmente altas y rubias y se le daban bastante bien. Corría un rumor en el Berlín de aquellos años: que el pie de Goebbels no era realmente eso, sino la pata de un macho cabrío. Era una forma de entender la atracción que ejercía sobre las mujeres».
Fuentes| latormentasomosnosotros.blogspot.com, cultura.elpais.com, larazon.es
Bibliografía|Si los muertos no resucitan, editorial RBA.
En colaboración con iHistoriArte| Jimena Tierra
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