La teoría de la violencia en la derecha de la Europa de entreguerras

El partido Nazi como paradigma de la violencia política. Fuente: Wikipedia. com
El partido Nazi como paradigma de la violencia política. Fuente: Wikipedia. com

Los años 30 del siglo XX representan el ejemplo paradigmático de etapa histórica monopolizada por la violencia. La mayor parte de las manifestaciones políticas y sociales que se llevarían a cabo durante este periodo encontrarían en la violencia un lugar común. La violencia, por otra parte, supondría un posicionamiento práctico activo, y por tanto respondería a un proceso construido desde la acción o la reacción. Este punto es importante, pues nunca deberíamos perder de vista que la violencia política no es un fenómeno unilateral, sino que se construye por interacción de polos.

Un primer acercamiento que debemos realizar para entender la expansión de la violencia a la política la debemos rastrear en la ola fascistizante que recorrería toda Europa durante los años 30. No es mi intención pararme a hacer un análisis exhaustivo del fascismo en este artículo, pero si que considero importante que el lector observe que dentro de la práctica fascista (como manifestación práctica de una forma concreta de ver y vivir el mundo) la violencia tenía un lugar privilegiado. Por otra parte debemos entender el fascismo como una forma de práctica política de derechas de carácter revolucionario, una nueva fórmula que pretendía cambiar el mundo según unas reglas concretas y con una visión hacia el futuro.

Así pues, teniendo en cuenta esta expansión, no debemos sorprendernos que, en general, todas las fuerzas políticas de derechas de aquel tiempo asumieran parte del discurso y de la práctica fascista como elemento de renovación o como estrategia mimética. La derivación lógica de esta situación se desarrollaría en las formas de movilización, en la radicalización del discurso (violencia retórica) y en la aceptación de formas de acción violenta dentro de su estrategia política; en cierto modo se daría un proceso de fascistización de la política en grados muy variables según la formación política y el país, pero incontestablemente presente.

Sorel
George Sorel. Fuente: Wikipedia.com

Por otra parte nos encontraremos con la existencia de fundamentos teóricos e intelectuales que sustentarían la violencia como un elemento en muchas ocasiones deseable dentro de la práctica política. Fundamentalmente me gustaría reflejar tres fórmulas teóricas que tendrían un gran predicamento en los años 30 y que, en general, alimentarían intelectualmente a las agrupaciones políticas de derechas durante este periodo. En un primer lugar nos encontraremos con la noción de violencia como catalizadora del progreso moral, o «política de lo sublime» que emanaría del pensamiento del intelectual del sindicalismo George Sorel. Esta posición nos permitiría entender como la violencia perdería su valor peyorativo y pasaría a entenderse como un valor positivo, de cambio y progreso y se asociaría a la noción de regeneración y depuración. En segundo lugar también habría que destacar el pensamiento del intelectual francés Maurras, quien apostaba por una «armonización de la inteligencia y el puño» a través de una paramilitarización de la acción política, lo que situaría la acción violenta en las calles en un lugar de preeminencia a la hora de construir alternativas y fórmulas políticas: una clara apuesta por el abandono de las fórmulas tradicionales de representatividad parlamentaria y una aceptación de la acción violenta callejera como nuevo modelo de hacer política. En tercer lugar, también sería importante destacar el influjo de las vanguardias futuristas italianas, quienes veían en la violencia como un elemento transformador de la sociedad, una posición intelectual muy cercana a la de Sorel.

Estas tres posiciones intelectuales responderían a una realidad social muy clara: la expansión del nihilismo en una sociedad muy afectada por la Primera Guerra Mundial que observaba con recelo y con desconfianza la civilización construida desde la noción liberal; el «mundo de ayer» en ruinas definido por Stefan Zweig, que en el seno de su fracaso daba lugar a las respuestas violentas que se estaban orquestando.

Mussolini y los camisas negras durante la Marcha sobre Roma: fascistización de la política. Fuente: Wikipedia.com
Mussolini y los camisas negras durante la Marcha sobre Roma: fascistización de la política. Fuente: Wikipedia.com

La violencia, por tanto, se erigió como eje central de un nuevo marco estético y simbólico de la forma de hacer política de las agrupaciones de derechas de toda Europa. Es por ello que no debe extrañarnos la expansión de agrupaciones juveniles uniformadas asociadas a los partidos políticos, la normalización de la lucha callejera como forma de acción política, y el asesinato de opositores como práctica común.

Efectivamente, esta violencia no sólo se construyó por acción desde las posiciones de derechas europeas, sino que además vino a encontrarse frente a frente con el binomio revolución social-violencia que desde las radicalizadas posiciones políticas de izquierdas comenzaba a tomar cada vez más fuerza. Como dijimos anteriormente, la violencia política nunca es unilateral, y el ambiente de violencia urbana que se viviría en la década del 30 respondía, inevitablemente, al choque entre dos concepciones del mundo totalmente antagónicas en la que la noción de «parto violento de la nueva sociedad» acabaría siendo el único punto común.

A modo de conclusión sería importante destacar que el universo simbólico de los partidos de derechas europeos fue colonizado por la noción violenta del cambio y la regeneración aderezado por una sobremilitarización del entendimiento de la sociedad: fueron los tiempos de la dialéctica de los puños y las pistolas. La ruptura que supuso la Primera Guerra Mundial para la visión del mundo de la sociedad no solo no cicatrizó, sino que además puso las condiciones materiales para la construcción de los discursos políticos que precipitarían la única guerra que superaría sus horrores: la Segunda Guerra Mundial.

Fuentes| González Calleja, Eduardo (2011): Contrarrevolucionarios. Radicalización violenta de las derechas durante la Segunda República, 1931-1936. Madrid, Alianza Editorial. González Cuevas, Pedro Carlos: Política de lo sublime y teología de la violencia en la derecha española en Santos Juliá (dir.), Violencia política en la España del siglo XX. Madrid, Taurus.

 

 

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