El Ku Klux Klan es una organización surgida en la posguerra de la Guerra de Secesión, en la mayoría de Estados Confederados, conocida por su violencia política y racial. La lucha de los Klanes estaba orientada a defender la pervivencia de los valores sudistas como la supremacía blanca, la autonomía estatal o la religión cristiana.
La historia del Ku Klux Klan está claramente diferenciada en dos fases:
En primer lugar, lo que podemos denominar “el primer Ku Klux Klan”, cuyos orígenes se remontan a 1865 y que culminó formalmente con el Acta conocida como “Acta del Ku Klux Klan” promulgada por el presidente Ulysses S. Grant en 1871. Durante esta fase, la lógica de la organización gravita en dos direcciones: la lucha contra la Reconstrucción de posguerra y la defensa de la cultura racista del sur.
La segunda fase, el resurgimiento de la organización a principios del siglo XX, está marcada por la lucha contra el ascenso de los derechos civiles de los afroamericanos y la «desegregación». Este ‘segundo Ku Klux Klan’ sigue su lucha en la actualidad, incluso el presidente Barack Obama ha recibido amenazas de índole racial por parte de miembros de la organización.
EL PRIMER KU KLUX KLAN
Los orígenes del Ku Klux Klan se remontan a diciembre de 1865, en el término de la Guerra de Secesión estadounidense, concretamente en la ciudad de Pulanski, en el Estado de Tennesse. Los creadores fueron un pequeño grupo de veteranos Confederados de la Guerra de Secesión pertenecientes a la clase media baja.
Sólo dos años después, en 1867, se celebró su primera gran reunión secreta que unió a simpatizantes de varios Estados sudistas. En este tiempo, la organización se había extendido por todo el Sur estadounidense: a los Estados de Tennesse, Georgia y Alabama, los primeros en tener representación del Klan, les siguieron Maryland, Kentucky y Missouri.
El nombre de Ku Klux Klan viene del griego Kuklos (círculo), unido a la palabra Klan con referencias al pasado escocés de sus miembros fundadores. Desde sus comienzos tuvo una jerarquía rígida, tanto a nivel local como estatal, que se fue incrementando con el paso del tiempo. Sin embargo, en estos primero momentos, la organización estatal no tenía control real sobre la organización local. Los símbolos más conocidos del KKK son sus ropas blancas, muy similares a la de los penitentes católicos y las cruces ardientes. La simbología del Klan es muy importante para producir el terror hacia sus enemigos y para que sus integrantes se sientan miembros del círculo.
Sus filas estaban formadas fundamentalmente por veteranos Confederados de clase media, pero el poder de la asociación, en estos Estados, se extendía desde el control de la administración local a la justicia e incluso la economía. La rápida expansión del Ku Klux Klan se explica por dos razones fundamentales: el descontento por el trato sufrido por los Estados sudistas a manos de los federalistas norteños y la eliminación federal de la cultura racista que estaba muy arraigada en la sociedad. Además, la organización contaba con métodos de propaganda, sobre todo a nivel local, muy eficaces para llegar a un amplio espectro de la ciudadanía.
Si bien el Ku Klux Klan es la organización más conocida, no fue la única que surgió en la posguerra secesionista. En esta época nacieron sociedades secretas o fenómenos como el Mississippi Plan, que realizaba acciones terroristas para minar la participación política de los negros, o los Knights of the White Camelia, muy similar a los Klanes pero nutrido de altas personalidades de la sociedad del sur profundo.
La lucha principal de los Klanes estaba orientada al rechazo a la Reconstrucción impuesta tras la guerra por los Estados norteños y al abolicionismo. En definitiva, para estos grupos el sur había perdido sus derechos, su cultura y sus tradiciones al perder la Guerra.
La Reconstrucción fue una forma de represión tras la derrota del sur en la Guerra de Secesión contra los territorios Confederados. Las ideas del presidente Lincoln sobre la reconciliación nacional fueron rechazadas tras su asesinato; los Estados sudistas perdieron el control de su territorio: parcelas como la economía, la identidad estatal e incluso la defensa, pasaron a ser controlados por el gobierno federal. Durante los diez primeros años de posguerra los soldados federados controlaron a los Estados que lucharon por la Confederación. A esto se une el odio que les producían los carpetbaggers –norteños que se mudaron al Sur en busca de nuevas oportunidades profesionales, muchos de ellos pertenecientes a la administración-, y a los scalawags –sudistas afiliados al Partido Republicano en posguerra y que participaban en las labores de reconstrucción de manos de los norteños-.
Por otra parte, la abolición de la esclavitud privó de los “derechos” adquiridos por los sudistas frente a los afroamericanos. El espectro socioeconómico del Sur estaba marcado por la esclavitud. Al perder a los esclavos no sólo se perdía parte de la mano de obra gratuita sino que además variaban los comportamientos y maneras de actuar que se usaban para tratar a los afroamericanos y otras etnias. A todo ello se sumó el miedo a que los antiguos esclavos, que formaban un gran número dentro de las comunidades sudistas, no sólo tomasen represalias si no que impusieran su cultura, sus costumbres y religión o que actuarán de alguna manera para perjudicar los intereses de la población blanca cristiana.
Para acabar con los dos supuestos males que atacaban el Sur, el Ku Klux Klan empleó gran violencia, intimidación y un sinfín de actuaciones que se saldaron la vida de varias personas. Las primeras actividades de estos grupos fueron las reuniones, al modo de clubes nocturnos, que fueron declinando en actos vandálicos, intimidaciones, violencia y asesinatos.
La violencia tomó tanta importancia que el mismo líder, Nathan B. Forrest, decidió la disolución de la organización en 1869. Aún con la disolución oficial, dada la fragmentación de la organización, existieron vestigios de los Klanes incluso en la década de los 80 del siglo XIX.
El presidente Ulysses S. Grant en 1871, promulgó el «Acta de los derechos civiles«, también llamada «Acta del Ku Klux Klan» por la cual se protegía jurídicamente a la población negra en los Estados del sur. Por tanto, el Ku Klux Klan pasaba a ser una organización ilegal, cuyos miembros debían ser arrestados y la organización debía ser destruida en su totalidad.
Es importante destacar que la abolición de la esclavitud no supuso en ningún caso la igualdad entre negros, o de otras etnias, y blancos. En la historia, la población negra no era considerada “de la misma especie” que los llamados caucásicos, por tanto, en muchos casos el trato recibido era similar al que se podía dar a un animal. Sin embargo, la abolición de la esclavitud trajo consigo la restitución como “personas” –con unos derechos mínimos- de la población afroamericana, aunque en ningún caso se igualaba de facto a la posición de la mayoría dominante blanca. Esto se aprecia en las leyes que proliferaron a partir de 1876, conocidas como leyes de Jim Crow, que sentaron las bases de la segregación racial en lugares públicos con la conocida frase “separados pero iguales”.
BIBLIOGRAFÍA: Jenkins, P. Breve Historia de Estados Unidos. 2009.; Bullard, S. The Ku Klux Klan: A History of Racism and Violence. 1998
Un comentario
Como escarpias tengo los pelos!!!
Me ha encantado. Lo que no me ha llegado a convencer es la palabr@ «desegregación”.
Uf,
Si esto se vota, mi voto es un «me gusta» en toda regla.
Espero más artículos de la Srta. Sharon