Cuando hablamos de Venus paleolíticas nos referimos a figuras humanas femeninas en las que se destacan ciertos volúmenes de sus cuerpos, como sus pechos o caderas. Esto se puede deber tanto a la similitud de sus cuerpos con los de algunos grupos humanos (como los bosquimanos de África) como a que se trate de figurillas propiciatorias y sus formas sean símbolos de la fertilidad y la abundancia. Suelen ser esculturas de bulto redondo, es decir, esculpidas por todos sus lados, de distintos tamaños (aunque nunca superando los 25 o 30 centímetros) y materiales. Su nombre se debe a que tras los primeros descubrimientos se pensaba que estas estatuillas encarnaban el ideal de belleza prehistórico, pero esta idea se ha rechazado posteriormente aunque la denominación se ha conservado. Datan del Gravetiense o Paleolítico Superior Inicial (en torno al 30.000 a.C.).
Suelen clasificarse según su procedencia, existiendo así tres grupos: las occidentales, las orientales y las siberianas.
Las primeras son mujeres sin rostro y con el cuerpo desnudo destacando sus senos y caderas. Sus piernas están tan solo insinuadas y los brazos se sitúan sobre o bajo el pecho. En este grupo destacan las conocidas como venus de Lespugue (hecha de marfil con una altura de casi 15 centímetros y descubierta en Francia en 1922) y la famosa venus de Willendorf.
La venus de Willendorf es una estatuilla de piedra caliza de unos 11 centímetros de alto que se encuentra decorada con pigmentos de color rojizo. Fue encontrada en Austria en el año 1908 y se cree que tiene entre 22.000 y 24.000 años de antigüedad. Probablemente sea ésta la más famosa de todas las venus esteatopígicas de la prehistoria.
El segundo grupo, el de las venus orientales, se caracterizan por presentar ornamentación en la cintura y adornos como brazaletes o collares. En este grupo podrían destacarse las venus de Kostienki.
En último lugar se encuentran las conocidas como venus siberianas, que tienen el cabello largo y, en este caso, los rasgos faciales bien definidos. Al contrario que en el resto, sus pechos y caderas son normales, destacando en su figura la cabeza, que suele ser muy voluminosa. Por ello suelen ser figuras mucho más estilizadas y menos desproporcionadas que las anteriores. Además suelen ir vestidas. A este grupo pertenecen las venus de Malta, con unos 23.000 años de antigüedad aproximadamente y realizadas en marfil de mamut, y las venus de Buret, con rasgos faciales del tipo racial mongol y con una vestimenta que recuerda a la que se usa actualmente en Siberia hecha con pieles y con una capucha representada con incisiones semicirculares por detrás de la cabeza.
En cuanto a su significado es importante el que se hayan encontrado siempre en lugares de habitación y no de enterramiento, lo que significa que podían estar a la vista y no escondidas como objetos secretos. Pero tampoco se sabe a ciencia cierta cuál era su función. Pudieron estar situadas en altares o servir como amuletos.
Bibliografía | SANCHIDRIÁN, José Luis; Manual de arte prehistórico, Ariel, 2009 | VV.AA.; El arte en la prehistoria, UNED | MENÉNDEZ, Mario; Diccionario de prehistoria, Alianza Editorial
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Buena informacion