A pesar del nombre se trata de un lugar despoblado. Su iglesia es un edificio muy modesto del que destaca su torre mudéjar. El templo, muy sencillo, se mantiene en pie a duras penas. El hastial de los pies se vino abajo hace unos pocos años y su techumbre ya lo hizo el siglo pasado.
Originariamente se cubrió de madera, pero en la reforma que tuvo lugar a partir 1648 se le añadieron unas bóvedas de lunetos y se dotó a la iglesia de sendas capillas, con una preciosas yeserías de “cortados”. Muy al estilo de lo que se hacía en la comarca, a partir de la construcción de la iglesia de Brea de Aragón por el arquitecto Juan de la Marca. Quién también intervino en el vecino pueblo de Chodes, al cual pertenece este despoblado en la actualidad.
Destacan los motivos de lazos y estrellas en yeso, muy dentro de la pervivencia mudéjar en el arte aragonés, muy distintos en ambas capillas. De su coro bajo solo nos quedan pequeños vestigios. La iglesia se abre a través de un sencillo arco de medio punto, y se pega al contrafuerte de su derecha, como buscando su protección. Conservaba hace unos años al exterior el esgrafiado, que simulaba la construcción de piedra sillar.
La torre es de pequeñas proporciones, y tiene tres cuerpos. El primero es liso completamente, sin ninguna decoración. El segundo presenta una curiosa labor de lazo en ladrillo entrecruzado, y sobre él una labor de rombos. El tercer cuerpo es en realidad un remate mal resuelto, que realizó las funciones de campanario, posiblemente levantado tras la reforma barroca, con un vano en arco de medio punto. Es esta rareza en el motivo decorativo antes citado, como en su planta, y otros aspectos estructurales lo que ha llevado a ciertos estudiosos del mudéjar aragonés a decir que tanto la torre como los muros del templo pudieron pertenecer a la mezquita, que posteriormente fue reutilizada como iglesia tras la conversión forzosa de los moriscos.
Por mi parte yo me inclino más por pensar que la iglesia se levantó de nueva planta, a lo mejor en el solar de la mezquita, a finales del siglo XVI, ya que en 1600 se enterró al primer cura párroco que tuvo la localidad, que se halla en la memoria, Mosén Miguel Pardo. En 1643 Mosén Pedro Domínguez hizo restaurar el Santísimo Sacramento, porque hasta entonces no se encontraba en la memoria el haberlo estado. Las capillas se realizaron en 1648, siendo rector de la misma mosén Lucas Andrés, y se hicieron las bóvedas de la nave.
Me gustaría terminar estas anotaciones con un curioso documento, que se encuentra guardado en la parroquia de Chodes que nos dice lo siguiente:
“Se previene a los rectores de Villanueba que en ningun tiempo permitan ni consientan que el lugar de Villanueba se mude a otro parage por aventajados y partidos que los señores hagan porque sera la total ruina y perdiçion de los vecinos como se ha experimentado en haver mudado el lugar de Chodes al que oi es Villarredonda.“
El documento fechado en 1726 nos habla de las calamidades que pasaron sus vecinos cuando se realizó el nuevo pueblo de Chodes, y recomendaba que no lo admitieran los de Villanueva. Chodes aún existe, pero Villanueva de Jalón quedó despoblado en la década de los 60 del siglo pasado.
Imágenes| Carlos Lasierra
Blibliografía| http://www.bubok.es/libros/5783/PERVIVENCIAS-DE-LA-ARQUITECTURA-MUDEJAR-EN-ARAGON
http://www.bubok.es/libros/6136/APORTACIONES-A-LA-ARQUITECTURA-MUDEJAR-RELIGIOSA-DEL-SIGLO-XVI
En colaboración con iHistoriArte| Carlos Lasierra
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