El Principio del fin del Antiguo Régimen
Hasta 1955 se consideraba que sólo existía una revolución modelo por antonomasia: La Revolución Francesa, a partir de la cual se habrían producido todas las demás. Y por lo tanto la historiografía contemporánea analizaría todas las revoluciones posteriores, en función de la consecución de objetivos, en comparación con ella. Pero a partir de mediados del siglo pasado esta hipótesis se verá fuertemente cuestionada por la historiografía anglosajona. Que estableció la existencia de la llamada “Revolución Atlántica” o “Revolución en cadena”. Según estos autores se trata de un proceso homogéneo de revoluciones y no una única revolución por excelencia. Esta nueva teoría estableció la existencia de multiplicidad de diferencias entre las diversas revoluciones que marcaron el fin del Antiguo Régimen.
SOBOUL estableció dos vías que conducen a la revolución burguesa:
–La vía revolucionaria o burguesa-campesina: donde se produce la destrucción del sistema feudal desde abajo. El campesinado aliado de la burguesía arrincona el feudalismo hasta su abolición. Es el caso de Francia. “La alianza entre una burguesía fuerte y un campesinado numeroso permite la revolución, y un crecimiento económico relevante en el mundo agrario, destruyendo así el privilegio aristocrático.”
–La segunda vía recibe diversos nombres: reformista, del pacto, conservadora o vía prusiana. Se da en países como España, Italia, Prusia o Centroeuropa durante el siglo XIX. La destrucción del Antiguo Régimen es producto de una alianza entre la burguesía mercantil y algunos sectores reformistas de la nobleza. Prescindiendo por completo del campesinado. En este caso se produce una redención de los derechos feudales y la abolición del propio sistema feudal desde arriba. En este proceso el campesinado no accederá a la propiedad de la tierra, se mantendrán los sistemas de producción propios del feudalismo y se observan pervivencias del Antiguo Régimen.
El proceso más cercano, en el tiempo, a la Revolución Francesa será la independencia de las colonias americanas. El conflicto entre la corona inglesa y las clases pudientes de las trece colonias norteamericanas surgirá tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Un conflicto en el que se vieron involucradas Francia, Inglaterra y España (esta última potencia perderá la Florida, Menorca y Gibraltar). Aunque la victoria caerá del lado inglés, las consecuencias de dicha guerra serán nefastas para la metrópoli. Tras el Tratado de París, al desaparecer la amenaza francesa, los colonos británicos consideran innecesaria la tutela de la metrópoli.
Pero la Corona exigirá a sus súbditos americanos que compartan los cuantiosos gastos de la guerra. Y para ello impondrá aranceles a la importación de las principales mercancías, en contra de los intereses coloniales. Además desde la metrópoli se impedirá la rotulación de nuevas tierras. Todo esto se produce en un momento de aumento del nivel de vida y de crecimiento demográfico en las colonias. A causa, principalmente, del aumento de la inmigración inglesa a Norteamérica. Los colonos, cada vez más pudientes, se encuentran marginados de las decisiones políticas. Generando el caldo de cultivo del futuro conflicto.
La chispa detonante será la concesión del monopolio sobre el mercado del té a la Compañía Británica de las Indias. Los súbditos británicos de las colonias responderán adoptando medidas en rebeldía: el contrabando, la creación de asociaciones patrióticas y finalmente el estallido de motines. La Corona británica responderá con dureza cerrando puertos y nombrando funcionarios exclusivamente británicos. Estos serán los pasos previos para que en la ciudad de Concord, en 1795, estalle el conflicto entre Inglaterra y las colonias norteamericanas. George Washington será el general encargado de organizar a las milicias. Y se formará un comité de cinco miembros, encabezado por Thomas Jefferson, para la elaboración de La Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Promulgada el 4 de julio de 1796. La guerra se prolongará hasta 1781, con la ayuda material y económica de Francia y España a los colonos.
Tras la victoria colonial se promulgarán diversas constituciones que culminarán en la Constitución Americana de 1787. Que declarará la división de poderes. El poder ejecutivo debía recaer sobre el presidente de los EE.UU, elegido por cuatro años y con opción a repetir por dos mandatos exclusivamente. La Constitución Americana establece que las elecciones se deben realizar el primer martes después del primer lunes de noviembre (exclusivamente por razones económicas). El poder legislativo lo constituirá la Cámara de Representantes y el Senado. Y por último el poder judicial residirá en el Tribunal Supremo.
Sabías que La Guerra de Independencia Americana demostró que las ideas de Montesquieu se podían llevar a la práctica. Promulgó la “igualdad de todos ante la ley”. En todos los estados americanos se establecerá el sufragio universal masculino antes de 1800 (esto es un siglo antes que en España por ejemplo). Y se adoptará un sistema económico librecambista. Por primera vez las ideas de la Ilustración eran llevadas a la práctica. EE.UU se convertirá en un modelo a seguir por los ilustrados europeos y particularmente por los revolucionarios franceses.
Por todos estos motivos podríamos considerar el conflicto de las 13 colonias como el precursor de un nuevo orden social. Aunque será la Revolución Francesa quién marcará el vocabulario y el programa de muchos partidos políticos posteriores. Ofrecerá el concepto de nación (pueblo identificado con nación), proporcionará códigos legales y un sistema métrico decimal. Motivos por los que la Revolución Francesa tradicionalmente dará comienzo a la Historia Contemporánea.
Existen una serie de rasgos comunes a todas las revoluciones burguesas producidas en el período de la historia contemporánea que van a conducir a la abolición de los derechos feudales y por lo tanto al fin del denominado Antiguo Régimen:
-El paso de monarquías absolutas a monarquías constitucionales.
-Cambio en el origen del poder, ya no provendrá de Dios sino del pueblo.
-El paso de una sociedad estamental a una sociedad de clases con “igualdad jurídica” y grandes desigualdades económicas.
-Desarrollo de sociedades capitalistas, producido por la transición de las relaciones feudales a relaciones capitalistas.
-Se produce un cambio de mentalidad en la sociedad con el desarrollo de actividades más individualistas.
Sea como fuere lo cierto es que el largo silgo XIX es un periodo convulso plagado de revoluciones sociales que cambiaron el mundo y las relaciones sociales en el planeta. Un sistema agotado dio paso a nuevos procesos económicos y laborales que impulsaron el desarrollo mundial. Tal vez hoy nos encontremos ante una situación similar que precise de la movilización ciudadana para cambiar y mejorar una situación que parece precipitarse en caída libre… Pero eso será algo que se estudie en los libros de texto del futuro.
En colaboración con iHA| Dave Meler Blog
Bibliografía| Rudé, G., Europa desde las guerras napoleónicas a las revoluciones de 1848, Cátedra. VV.AA,El mundo contemporáneo: historia y problemas, Crítica.
Fuentes| kalipedia,unhomero,profesoresenlinea, ayoungknighttravel
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