Un curioso visitante en la playa de La Concha
Posiblemente pocos donostiarras recuerdan un episodio acaecido en la mítica playa de La Concha, “El día que Hitler murió en San Sebastián”
8 de mayo de 1945, seis de la mañana, Donosti amanece con un extraño visitante en su famosa playa. Un avión con las insignias de la Alemania Nazi permanecía estrellado en la orilla ante la atenta mirada de propios y extraños.
El mismo día en el que se firmaba la rendición alemana, los rumores de una posible huida de Hitler a España corrieron como la pólvora por todo el país.
“A las seis de la mañana de ayer, un avión caza alemán, marca Heinkel, se precipitó en las aguas de la bahía de La Concha, en el balneario, por la parte más cerca de la orilla. En aquellos momentos la marea no alcanzaba su plenitud. El avión siniestrado dio dos vueltas de campana y se hundió en el mar cerca de la orilla. En los primeros momentos se extendió por la ciudad el rumor de que en el avión viajaba nada menos que Hitler, el cual, según los informadores de la calle, no había muerto. Y que, a pesar de mostrarse desfigurado, había sido identificado por las autoridades”
Así lo contaba el ABC de la época.
Pero en realidad se trataba de una delegación de seis individuos procedentes de Oslo.
Ante la inminente derrota y la muerte de Hitler, el ministro de Exteriores del Tercer Reich, Joachim von Ribbentrop, convenció a León Degrelle para que huyese a España. Junto a cinco oficiales nazis, confiscaron el avión del Ministro de Armamento nazi, Albert Speer, y emprendieron la huida en plena noche. A pesar de que se encontraron a los ocupantes los donostiarras, inicialmente, no se conformaron con la versión oficial.
Degrelle había sido el oficial más importante del nazismo en Bélgica, condecorado con la Cruz de hierro por el mismísimo Hitler. Oficial de la Legión Valonia, una unidad adscrita a las SS alemanas, destacó durante la Segunda Guerra Mundial. Fundador del rexismo, una rama fascista belga entre los años 1939 y 1945.
Cuando su avión se estrelló en San Sebastián, al quedarse sin gasolina tras volar 2.150 kilómetros, tenía 39 años. Él mismo relató las peripecias de su viaje en sus memorias:
“Volábamos sin luces, huyendo del fuego antiaéreo francés. Cuando avistamos Irún, a tan solo unos minutos de vuelo, presentimos una muerte segura. Pero faltaban algunos minutos y el avión ya no tenía combustible. Aterrizar en suelo francés significaba la muerte. Así que el piloto, para demostrar su pericia, puso el avión vertical, aprovechó las últimas gotas y llegamos hasta San Sebastián. La Vírgen de Lourdes me salvaba en el último momento”.
Sus heridas le salvaron la vida
El oficial resultó herido de gravedad y se quedó en ingreso hospitalario, en el Hospital Mola de San Sebastián, durante dieciocho meses. Según contó el belga en sus memorias, sus heridas le salvaron la vida.
”Franco quiso devolverme a Alemania. Ví las cosas tan mal que un día le escribí una carta en la que le decía: Qué poco vale para usted la sangre de un cristiano. Franco se indignó, según supe después”.
León Degrelle vivió amparado por el franquismo, casi cincuenta años, y murió en Málaga en 1994 al amparo de un nombre falso
Fuentes | ABC, Dave Meler, Belastingnews
Imágenes | ABC