Según los registros históricos las actas de capitulación alemanas dieron fin a la Segunda Guerra Mundial, en Europa, el 8 de mayo de 1945.
El texto fue firmado en la medianoche del 8 de mayo, en el antiguo casino militar de Karlshorst (al este de Berlín) por representantes de los diferentes ejércitos. Los alemanes derrotados y representantes de las cuatro potencias vencedoras: la Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Este día es conocido como el Día de la Victoria, en Europa. A excepción de las repúblicas ex-soviéticas donde se celebra cada 9 de mayo por cuestiones horarias (eran más de las 00:00h en Moscú en el momento de la capitulación oficial).
El fin del conflicto bélico en Europa tuvo lugar entre finales de abril y principios de mayo de 1945. Y culminaría el mencionado 8 de mayo, tras la doble firma de la rendición alemana, en Berlín, entre los mariscales Keitel y Zhúkov.
La caída de Hitler, y el principio de la rendición alemana.
El 25 de abril de 1945, por primera vez, las fuerzas soviéticas lanzaron una ofensiva masiva contra Berlín, junto a las tropas estadounidenses que atacaban por el oeste de Alemania. En las últimas horas de la batalla de Berlín, el 30 de abril de 1945, Adolf Hitler se suicidó en su búnker de la Cancillería del Reich junto a su amante Eva Braun.
En su testamento, el fürher, nombró como sus sucesores al almirante Karl Dönitz, Reichspräsident (Presidente de Alemania) y a Joseph Goebbels, Reichskanzler. Sin embargo, Goebbels junto a su esposa se suicidaría tan sólo un día más tarde, el 1 de mayo, dejando al almirante Dönitz al mando de las negociaciones para la rendición.
Berlín se rindió ante las fuerzas soviéticas el 2 de mayo de 1945. Las fuerzas armadas alemanas se rinden incondicionalmente en el oeste el 7 de mayo y en el este el 9 de mayo de 1945. El 8 de mayo de 1945 es proclamado Día de la Victoria en Europa.
Cronología de un momento histórico: La doble rendición alemana.
7 de mayo de 1945, 02:41 de la madrugada, en las dependencias del Cuartel General Supremo de la SHAEF (Fuerza Expedicionaria Aliada) en Reims, Francia. El general Alfred Jodl, jefe del Oberkommando der Wehrmacht, OKW (Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas), firmó el acta de rendición incondicional de las fuerzas alemanas ante los Aliados.
“todas las fuerzas bajo el mando alemán cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de mayo de 1945”.
El acta no hacía distinción entre las fuerzas que luchaban contra los Aliados Occidentales o contra los soviéticos. Pero cuando el alto mando soviético se enteró de la rendición alemana firmada ante británicos y estadounidenses en Reims, exigió que el mando supremo de la Wehrmacht también capitulara ante el Ejército Rojo. Alegando una rendición “parcial”, que permitiría a las tropas alemanas en libertad seguir luchando contra los soviéticos.
Pero lo que de verdad se esconde detrás de la doble rendición alemana, es la conciencia por parte del gobierno soviético del momento histórico que se estaba viviendo. El Ejército Rojo había tomado Berlín, capital del Tercer Reich, y la Unión Soviética había pagado un alto coste en vidas durante la invasión alemana y en el frente oriental.
Los jefes de la Wehrmacht fueron trasladados a Berlín, para firmar un documento similar, en presencia del general Gueorgui Zhúkov, comandante en jefe de las tropas soviéticas en Alemania, en su cuartel general situado en la localidad de Karlshorst (un suburbio al este de Berlín). En el acta, el ejército alemán se rendía, a las 23:01 del 8 de mayo, explícitamente ante la Unión Soviética.
Fue entonces cuando, definitivamente, terminó la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Con este acto, el régimen nazi que había iniciado un conflicto bélico que provocó más de 55 millones de muertos y que inició el plan de exterminio de los judíos de Europa, quedaba aniquilado. “Hubo abusos, violaciones de mujeres y niñas, y pillaje, y también hubo cosas buenas; pero estaba claro para aquellos alemanes que el Ejército Rojo tenía motivos para no tratar a Alemania de modo amigable, para albergar sentimientos de venganza”, apunta el historiador Jörg Morré, director del Museo Germano-Ruso de Berlín-Karlshorst donde se firmó la capitulación.
Fuentes | Dave Meler, Enciclopedia del Holocausto, VV.AA.
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