El 15 de septiembre de 1936 el General Franco firmaría su primer decreto en contra de la masonería.
Lo que gran parte de la gente desconoce es que Franco llegó a solicitar entrar en la misma hasta en dos ocasiones. En 1932, en primer lugar en la logia Lukus de Larraix cuando todavía era teniente coronel. Según el testimonio del teniente coronel Morianes, los motivos alegados para no admitirle en la masonería fueron varios, aunque el principal de ellos se relacionaba con la aceptación por Franco del ascenso a teniente coronel, cuando se había comprometido, al igual que el resto de la guarnición de Marruecos, a no aceptar ascensos por méritos de guerra.
Ese mismo año volvería a intentarlo en Madrid en la logia Plus Ultra, a la que pertenecía su hermano Ramón Franco, que además de masón se sabe que era afiliado a Esquerra Republicana de Cataluña. Al parecer, hasta su propio hermano se negó en las votaciones a que Franco ingresarse en la logia, pues no era considerado «un hombre recto y de buenas costumbres«.
Persecución de la masonería en la españa franquista
A partir de ese instante, Franco, actuaría de forma vengativa requisando todas la logias y fusilando a todos los masones declarados. Incluso llegaría a escribir en el diario ABC desde el 14 de diciembre de 1946 hasta el 3 de mayo de 1951, con un total de 49 artículos anti masónicos bajo el seudónimo de Jakim Boor (una mofa que hace referencia a las columnas del templo de Salomón). El 1 de marzo de 1940, Franco dictó la ley para la represión de la masonería, el comunismo y demás «sociedades secretas», creando en la misma fecha el Tribunal Especial de Represión de la Masonería y el Comunismo, en vigor hasta la creación del TOP en 1963. El aparato de represión franquista contra la masonería inició desde el primer momento una requisa sistemática de todos los archivos, bibliotecas y editoriales pertenecientes a las diversas obediencias y logias masónicas.
El 1 de octubre de 1975, dos meses antes de su muerte, Franco cargaba contra la masonería en un discurso público en la plaza de Oriente de Madrid.
Sabías que… en 1976, ya durante ña transición, Rodolfo Martín Villa, ministro del Interior, llamó al presidente Adolfo Suárez para decirle lo siguiente: «tengo aquí a dos masones, ¿qué hago?¿los detengo?». La respuesta de Suárez fue contundente:»¡Legalízalos!». Desde ese día la masonería sería reconocida en España.
Si bien es cierto que la Iglesia católica nunca ha tolerado la masonería y la ha perseguido y castigado dura y brutalmente. Los motivos que argumentaba la Iglesia católica para su condena a la masonería eran fundamentalmente: el carácter secreto de la organización, el juramento que garantizaba ese carácter oculto de sus actividades y los complots perturbadores que la masonería llevaba a cabo en contra de la Iglesia y los legítimos poderes civiles. La pena establecía directamente la excomunión, estableciéndose además una pena especial para los clérigos y los religiosos en el canon 2336. Ya en 1829 en Barcelona los miembros de una logia masónica fueron arrestados y condenados, una a pena de muerte y el resto a cadena perpetua, y su Venerable Maestro, el teniente coronel Gálvez, a la horca.
Fuentes | Archivo Linz de la transición española,
Bibliografía | VV.AA, Barcelona Insólita y secreta, ed. JonGlez