Llega Junio y con él, como cada cuatro años, ocurre un acontecimiento que paraliza países, altera corazones y sobre todo enaltece el orgullo nacional. Sí, estamos hablando del mundial de fútbol.
Este año le ha tocado a Brasil ser la anfitriona, pero no pretendo hablar del deporte rey, de sobra conocido, sino de aquellas curiosidades, acontecimientos y hechos ocurrido a lo largo de la historia de los mundiales.
Uruguay, fue el primer país en celebrar una copa del mundo, en 1930, siendo el propio anfitrión el que alzó la copa del mundial de fútbol. Se da la particularidad que uno de los campeones del mundo, Hector Castro, jugó sin un brazo por haberlo perdido en un accidente.
Otra curiosidad, nada desdeñable, ocurrió en plena segunda guerra mundial. El vicepresidente de la FiFA, Ottorino Barassi, tuvo que esconder la copa en una caja de zapatos para salvarla del expolio Nazi.
Pero para hecho insólito el que protagonizó el árbitro brasileño Joao Filho. A falta de 22 minutos la URSS gananba a Colombia por 4-1, sin embrago el combinado sudamericano lograría remontar el partido. Años después Filho admitiría que él amañó al partido porque “era descendiente de húngaros y odiaba a los soviéticos por invadirlos en 1956”.
Y es que el deporte rey, puede ser muy peligroso. Sino que se lo pregunten a los jugadores de la selección italiana de 1934. Condenados bajo pena de muerte como no vencieran en el campeonato.
Para conocer a otro mandatario con cierto protagonismo en esto de los mundiales, sólo tenemos que viajar hasta el mundial de fútbol de España en 1982. Cuando el mismísimo presidente de Kwait hizo anular un gol del equipo galo, argumentando que los jugadores de su equipo se habían confundido al oír un pitido y quedarse todos parados. Lo insólito es que el gol ¡se anuló!
Las indumentarias también tienen mucho peso en el mundo del fútbol. Como es lógico, la mayoría de las equipaciones usan colores provenientes de sus banderas, no obstante el caso de Alemania es una excepción ya que entre sus vestimentas posee una elástica de color verde. La razón que se esgrime es el agradecimiento del país bávaro a Irlanda por ser el primer país que lo invitó a jugar tras la segunda guerra mundial. Lo mismo ocurre con la camiseta del equipo holandés. Su llamativo color naranja es un tributo a la la “casa de orange”, la familia real.
Y es que como diría Boskov, «el fútbol es fútbol».
Encantado de encantaros con los encantos de la historia
Fuentes| semana.com, sport.es