Al parecer la momia de Rosalía Lombardo, una niña de dos años de edad que murió de neumonía en 1920, movía los párpados varias veces durante el día, abriendo los ojos ligeramente y revelando sus azules globos oculares intactos. El espelúznate suceso ha sido fotografiado y grabado en vídeo durante años. Una de las momias mejor conservadas del mundo, Rosalía, es también la más famoso entre las cerca de 8.000 miles momias de las catacumbas que se encuentran bajo el convento de los Capuchinos en Palermo, Sicilia.
Apodada la «bella durmiente«, con sus dedos por encima de la manta y su pacífico rostro enmarcado por el pelo rubio y rizado, mientras que una cinta todavía está atada alrededor de su cabeza, el bebe de dos años de edad parece estar echando una siesta.
Ahora investigadores italianos desacreditan la creencia popular según la cuál una momia infantil, en Sicilia, abría y cerraba los ojos cada día.
«Es una ilusión óptica producida por la luz que se filtra a través de las ventanas laterales, que durante el día está sujeta a cambios,» Aseguró Darío Piombino-Mascali, curador de las catacumbas capuchinas.
Señaló que la momia se movió ligeramente en un ataúd de cristal libre de humedad. La nueva posición hace que sea más fácil ver los párpados de Rosalía que no están cerrados por completo. Si bien la mayoría de las momias enterradas en las catacumbas fueron tratadas por los monjes y, básicamente, desecadas por el ambiente seco del recinto, Rosalía Lombardo fue momificada artificialmente. Para preservar su eternidad, el padre desconsolado de Rosalía contrató al embalsamador Alfredo Salafia, un taxidermista y embalsamador siciliano que murió en 1933. Salafia nunca reveló los productos químicos utilizados en su conservación. En 2009 Piombino-Mascali encontró un manuscrito en el que Salafia enumeró los ingredientes utilizados para momificar a Rosalía. En la fórmula se puede leer: «glicerina por una parte, una parte de formalina saturado con tanto sulfato de zinc y cloruro, y una parte de una solución de alcohol saturado con ácido salicílico.«
El procedimiento era muy simple, consiste en un solo punto de inyección sin ningún tratamiento de drenaje o cavidad. El brebaje funcionó a la perfección. La glicerina mantuvo su cuerpo a salvo del exceso de secado, ácido salicílico mató a los hongos, mientras que las sales de zinc básicamente petrificaron el cuerpo de Rosalía.
La nueva caja de cristal ayudará a preservar el cuerpo de Rosalía Lombardo por muchos años más. «Fue diseñado para bloquear cualquier tipo de bacterias u hongos. Gracias a una película especial, que también protege al cuerpo de los efectos de la luz», dijo Piombino-Mascali. Se espera que a partir de ahora los turistas dejarán de tomar las fotografías que han promulgado las infundadas historias sobre la “bella durmiente”.
Fuente| Discovery News, W. Commons