La Antigua Roma suele ser recordada por sus importantes aportes jurídico-políticos a las sociedades occidentales, así como su arquitectura urbana y las increíbles biografías de los Césares. También se resalta su sorprendente disciplina militar y la inteligencia con la que administraban las tierras que conquistaban.
Pese a toda la información que existe sobre la Antigua Roma, pocas veces se menciona la trascendencia de sus disciplinas gastronómicas. No obstante, hay varios datos sobre la pastelería romana o pastillariorum que merecen revisarse para comprender mejor cómo eran las costumbres culinarias de aquellas sociedades.
¿Qué era el pastillariorum?
Según estudios de la Universidad de Oxford, hasta antes del siglo IV a.C., se mezclaban en un mismo concepto las actividades panaderas y pasteleras en ciudades griegas y mesopotámicas. Fue durante el Imperio Romano que se hizo la distinción entre el oficio de panadero y el de pastelero. Aparece, entonces, el término pastillariorum o pastelería romana.
Gracias a la valiosa obra De re coquinaria del célebre gastrónomo Marcus Gavius Apicius, se han podido conservar algunas recetas y demás características de la pastelería de la Antigua Roma.
Utensilios y platillos
Según el segmento Pastelería de ElDulceHogar, en la Antigua Roma se empleaban utensilios hechos principalmente de piedras, madera y cerámica de arcilla. Esto incluía recipientes, garrafas, moldes, palos para batir, cuchillos e incluso molinos.
Algunos historiadores señalan que la pastelería romana no era tan variada como la ateniense. Aun así se han registrado numerosos e interesantes postres que fueron los más ingeridos por los antiguos romanos.
Según lo redactado por Apicius en la ya mencionada De re coquinaria, en Roma se consumían diferentes flanes, pudines, panes con frutillas, mazapanes, nougat y baklava con cubiertas de miel. También se han documentado recetas para la preparación de bollos, panecillos y otros bocaditos.
Para las celebraciones oficiales, como matrimonios y ritos religiosos, la gente adinerada contrataba a los mejores reposteros para que preparasen platillos exclusivos para las ceremonias. Para estas ocasiones se cocinaba tortas de espelta tostada y panes dulces con dibujos conmemorativos. Asimismo, formaban parte del menú: los bizcochos, las galletas, las tartas, etc. Habitualmente se acompañaban de especias, mieles, aceites, frutos secos, salsas a base de leche, entre otros.
Los pistor dulciarius
Cuando se quería consumir la más fina repostería, se recurría a los pistor dulciarius, que eran los especialistas en tortas y demás golosinas. Muchos de estos reposteros estaban asociados y eran muy respetados por la comunidad romana.
Asimismo, era común que los gobernantes los llamaran para que trabajasen en los palacios y así sirvieran al exigente paladar de la nobleza. Dichos especialistas nunca dejaban de estudiar nuevas técnicas de cocina y seguían a las autoridades a sus múltiples viajes con el fin de recopilar información que les fuera útil en su rubro.
Autor | Redacción
Imágenes | W. Commons, Pixabay
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