Suomenlinna, la fortaleza fundada en el año 1748 sobre un archipiélago situado frente a la costa de Helsinki, constituye todo un tesoro cultural.
Su construcción comenzó en la década de 1700, cuando Finlandia era parte del Reino de Suecia. Del período de dominación rusa, en el siglo XIX, dan fe los cañones de las fortificaciones de Kustaanmiekka, aún orientados al Oeste. La fortaleza fue la puerta de entrada a Finlandia de numerosas tendencias culturales europeas mientras estuvo en activo.
El rey Federico de Suecia encargó la construcción de la fortaleza como bastión defensivo de la ciudad de Helsinki. La fortaleza fue utilizada como base de operaciones navales durante la guerra ruso-sueca a finales del siglo XVIII. En 1808 durante la Guerra Finlandesa, la fortaleza claudica ante el ejército ruso y se convierte en base naval rusa durante los siguientes 110 años. Un año más tarde Finlandia entró a formar parte del Imperio Ruso como territorio autónomo. En 1918 durante la Guerra Civil Finlandesa, la fortaleza, albergó un campo de prisioneros. Con la independencia del Estado finlandés se incorpora a su territorio y se le da el nombre de Suomenlinna. Durante la II Guerra Mundial sirvió de base de baterías antiaéreas y submarinos. Y en 1973 el ejército finlandés abandonó la isla.
Suomenlinna fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1991 con el fin de preservarla para las generaciones venideras como ejemplo de la arquitectura militar europea de su época.
Se trata de una fortaleza de bastiones de forma irregular erigida sobre un terreno de elevación variable que se extiende por varias islas. El carácter peculiar de la fortaleza se ha ido conformando por su importancia histórica en la defensa de tres estados diferentes sucesivos: Suecia, Rusia y Finlandia.
Pero Suomenlinna no es solamente uno de los principales atractivos de Finlandia, sino que también es un animado distrito habitado por 8000 vecinos. Las fortificaciones y los viejos edificios de guarnición han sido restaurados como viviendas oficinas, salones de conferencias y banquetes, restaurantes y museos. La tradición artesana se mantiene viva en la fortaleza a través del trabajo de numerosos artistas artesanos y restauradores de veleros de madera.
Además hoy en día se pueden visitar en la isla las exposiciones de los seis museos que alberga la isla, repartidos en diferentes lugares de la fortaleza. El acceso a la isla se realiza en barco desde Helsinki y el recorrido dura unos 15-20 minutos.
Los puntos más destacados de la isla son: la iglesia castrense ortodoxa construida en 1854, y posteriormente reconvertida en luterana. Su torre todavía actúa como faro. El patio de armas, del siglo XVIII, donde se puede observar el sepulcro del fundador de la fortaleza Augustin Ehrensvärd. El dique seco, que se trata de uno de los astilleros en funcionamiento más antiguos del mundo. La línea defensiva de Kustaanmiekka, construida por los rusos a finales del siglo XIX. Y por supuesto la Puerta del Rey, el emblema de Suomenlinna, construida como entrada ceremonial a la fortaleza.
Sabías que… para el emplazamiento de la Puerta del Rey se eligió el lugar en el que ancló la nave que transportaba al rey Adolfo Federico de Suecia, fundador de la fortaleza, en su visita de inspección sobre los trabajos de construcción en 1752.
Fuentes | Suomenlinna Sveaborg
Imágenes | Dave Meler