A sus 450 años, el San Juan, pretende ser rescatado por un equipo de expertos españoles en arqueología subacuática, para reconstruir una réplica a gran escala del navío. Se trata de un galeón del siglo XVI, perteneciente a la flota ballenera vasca que se encuentra en el fondo de la Bahía de Labrador, es uno de los pecios más antiguos de Canadá. Simboliza la temprana difusión de la civilización y el comercio Europeo en el Nuevo Mundo.
El galeón español contaba con tres mástiles y de 16 metros de eslora. El hundimiento del San Juan, cargado con miles de barriles de grasa de ballena cerca de la Red bay, en 1565 fue esencialmente el primer desastre ecológico marino. Aunque finalmente gran parte de la carga del ballenero fue recuperada antes de ser aplastada por el hielo invernal.
Actualmente el naufragio es un amasijo de 250 toneladas de vigas rotas y barriles que yacen cerca de la antigua estación ballenera del estrecho de Belle Isle. El hallazgo se realizó en 1978, siguiendo las investigaciones del archivista Selman Barkham. El gobierno español tiene previsto, con motivo de la capitalidad cultural de San Sebastián de 2016, rendir tributo a las tripulaciones de balleneros españoles del silgo XVI con el bautismo de dicha réplica. Se pretende reconocer así la labor de estos buques mercantes, que transportaban barriles de aceite de ballena desde Canadá a Europa. Una industria tan valiosa como el comercio de petróleo actual. En las décadas posteriores al descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristobal Colón los constructores expertos, marineros, pescadores y balleneros del País Vasco iniciaron los viajes transatlánticos para explotar los bancos de bacalao y la industria ballenera de la costa canadiense. El aceite de ballena para lámparas se convirtió en la materia prima clave para los empresarios vascos, que desarrollaron toda una industria y red de fábricas en el litoral atlántico canadiense. Con una producción de cientos de miles de barriles de ‘petróleo ballenero’, organizaron su transporte marítimo regular entre Canadá y Europa.
Para Robert Grenier, uno de los arqueólogos marinos más importante de Canadá y precursor de los descubrimientos en Red bay, el proyecto de construcción de una réplica del San Juan es «como un sueño«. A sus 75 años, Grenier se ha comprometido a prestar servicios como consultor a los astilleros españoles en el ‘Proyecto San Juan’. Él ya había trabajado con expertos en patrimonio vasco en la recreación de una chalupa – un barco más pequeño utilizado por los equipos de la caza de ballenas para perseguir y arponear ballenas de Groenlandia. «Para los vascos, este es el Santo Grial«, dijo sobre la planeada réplica del San Juan. Aunque la presencia de los balleneros vascos en Canadá durante el siglo XVI era bien conocida por los historiadores, no será hasta la divulgación de los trabajos de investigación de Barkham en 1977 cuando se planificará la arqueología actual en Labrador. Junto con los restos del naufragio del San Juan, se han encontrado los restos de otros tres galeones españoles y una chulapa. En tierra las excavaciones dirigidas por el arqueólogo James Tuck en Terranova han sacado a la luz: cementerios, ropa, herramientas y un sinnúmero de otras reliquias que suponen un monumento a los trabajadores vascos de la industria ballenera en Canadá.
La réplica del galeón San Juan se construirá en los próximos años con intención de que viaje entre las ciudades europeas a lo largo de 2016, posteriormente zarpará rumbo a la costa de Labrador y otros destinos de la Costa Este en 2017 con intención de difundir la profunda conexión histórica entre Canadá y España.
Fuente| o.canada
En colaboración con iHistoriArte| Redacción
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