Toda la información que se posee sobre este período de la historia japonesa es fruto de los estudios realizados desde el último cuarto del siglo XIX. Los primeros hallazgos proceden de las excavaciones realizadas en los montículos de conchas de Omori por Edwar Silvester Morse. Un profesor de zoología de la Universidad de Tokio que había llegado con una expedición occidental con intereses comerciales y científicos al país. Un grupo de occidentales contratados por el gobierno nipón para modernizar Japón. Se podría decir que Morse fue uno de los padres de la arqueología japonesa. Durante las primeras décadas del siglo XX se hicieron grandes avances en este campo, pero a partir de los años 30, el cambio de ideología del gobierno provocó un estancamiento. Estaba permitido excavar, pero no se permitía informar o elaborar teorías que contravinieran las creencias sintoístas. La exaltación de los valores nacionales y el sintoísmo como religión nativa ejercerán una fuerte censura. Tras la II Guerra Mundial, desaparecerán los tabúes intelectuales. La recuperación económica y el creciente desarrollo tecnológico acabarán por favorecer a la arqueología que contará con medios, recursos y métodos impresionantes. Todo esto nos ha permitido hacernos una idea aproximada de lo que fue la prehistoria japonesa.
La cultura Jomon, “marcado con cuerda”, (11000-300 a.C) posee un carácter mesolítico, y se caracteriza por su peculiar producción cerámica. Con un rasgo identificador: la decoración a base de marcas de cuerdas. Se trata de una técnica aplicada en la pieza cuando todavía no está seca. Será la primera vez que se elaboren piezas cerámicas en Japón. Se puede dividir el período en seis estadios o etapas: Proto-Jomon, Jomon inicial, Jomon anterior, Jomon temprano, Jomon medio, Jomon tardía y Jomon final.
Sabías que… la cerámica Jomon posee las piezas más antiguas del mundo con un estilo prolongado en el tiempo casi 11000 años. Además se trata de un estilo propio del Japón sin influencia del exterior.
Casi toda la información que poseemos procede de sus fosas de desperdicios y montículos de conchas de sus asentamientos. Estos pueblos se dedicaban a la caza, la pesca y la recolección. Agrupados en pequeñas comunidades de asentamientos semipermanentes. Las viviendas se caracterizaban por poseer una planta cuadrada o circular, con suelos semihundidos en el terreno y con tejados de paja que se prolongaban hasta el suelo. El interior se revestía con lajas de piedra. Y tenían capacidad para cinco o seis personas. No se tiene una idea muy clara sobre sus creencias, aunque se sabe que practicaban ritos de fertilidad, caza o pesca así como de curación de enfermedades en los que se depositaban ofrendas en vasijas de barro. En los enterramientos descubiertos hasta ahora no se han hallado ajuares lo que podría indicar que no creían en el más allá.
En cuanto a las manifestaciones artísticas hay que destacar la producción cerámica con vasijas de carácter cotidiano y religioso. Así como una producción e figurillas antropomorfas, generalmente femeninas (mujeres embarazadas), y de temática animal denominadas dogu. Realizadas con pastas muy similares a las de la cerámica se aplicaron técnicas parecidas. Se caracterizan por sus formas grotescas, no naturalistas, incluso provocadoras. Poseen cabezas ovaladas, circulares o incluso en forma de corazón, con miembros muy deformados. La decoración de estas piezas es similar a la de la cerámica y sufre la misma evolución. Destacar la forma de los ojos en forma de grandes granos de café o, en ocasiones, en hueco. Se han relacionado estos dogu con los rituales mágicos religiosos de estas poblaciones. Existen varias teorías pero la más firme es que se trata de figurillas de tipo propiciatorio. Especial mención merecen los abalorios de arcilla y piedra de uso cotidiano: pendientes, objetos lacados, lámparas votivas, piedras decoradas, simples elementos esculpidos…
Entre los rasgos generales de la cerámica Jomon destaca la pasta de arcilla cocida al aire, sin horno. De colores ocre y marrón. Compuestas de arena, fibras, fragmentos de concha y mica. Se trata de una pasta poco elaborada. Las piezas, hechas a mano, solían medir entre 25 y 50 cm. Su funcionalidad varía desde el carácter cotidiano (cocinar, contener líquidos o alimentos) al uso ritual (para contener ofrendas) o funerario (en los enterramientos de niños). Las formas son bastante variadas, asimétricas e irregulares aunque predominan las vasijas cónicas con amplia boca. Las piezas se decoran con incisiones de objetos mientras la pasta aún está blanda, e incluso en ocasiones a través de relieves (protuberancias en la pieza). Para aplicar las decoraciones se empleaban cuerdas, piezas de bambú, baquetas de madera, conchas, raspas de pescado o incluso la uña. Generalmente la decoración se extiende por toda la superficie de la pieza. Los motivos son abstractos en formación rectilínea e incluso ondulada (curvas, espirales, círculos…) que pueden recordar el movimiento del agua o de una serpiente. Se trata de elementos realizados a mano.
A lo largo de todo el período se experimenta una profunda evolución. Durante las primeras etapas del periodo Jomon se observa una producción, de decoración simple, caracterizada por la forma cónica con base puntiaguda para poder clavarlas en la tierra o en los fogones. Durante el Jomon anterior, con asentamientos más estables, se comienzan a producir piezas de base plana con formas muy variadas y donde la decoración comienza a adquirir importancia frente al diseño. El Jomon medio será el período más fructífero para la cerámica. El aumento de la población se ve reflejado en la diversificación de formas, tamaños y decoraciones (de lo más sencillo a formas zoomórficas casi rozando lo exuberante). La decoración adquiere gran relevancia sobre todo en la zona de la boca de las piezas. Los motivos incisos y en relieve plástico son dotados de movimiento y dinamismo. Durante el Jomon final las condiciones de vida se endurecen y desciende la población. Esto tendrá su reflejo en la producción artística más sobria y sencilla. La decoración pierde viveza adecuándose al diseño de la vasija.
Bibliografía| Klein, A., La ceramique japanaise: le guide de connaisseur, Friburgo ed. Office du Livre. VV.VV, Cambridge, History of Japan, ed Cambridge University.
Fuentes| W. Commons
4 respuestas
Buena información. Gracias