«Es una narración breve, puede ser oral o escrita, basada en hechos reales o simplemente en hechos imaginarios, con un argumento muy breve y sencillo. También lo podemos describir como un relato corto lleno de fantasía. Ha de mantener siempre la tensión y la intriga, ha de tener una estructura lineal, no admiten “flash back” (vuelta atrás).»
LAS PARTES DE UN CUENTO:
En primer lugar, una breve presentación: donde se describe lo que va a suceder. A continuación la introducción: compuesta por una situación que hace desencadenar los acontecimientos. En tercer lugar, el desarrollo: el cuento se pone en marcha, no deben producir miedo, ni terror, ni angustia. Si no todo lo contrario, y ser tan breve como la edad del receptor, puesto que de ello depende el tiempo de atención. Y por último el final: debe tener una estructura redonda además de sorprender a lo más pequeños.
CUENTO TRADICIONAL
Son aquellos cuentos que pertenecen al patrimonio literario, aquellos que recogen los valores tradicionales de cada cultura. Los mismos cuentos que fueron contados por nuestros padres y abuelos, pasando de generación en generación.
EL ORIGEN DE LOS CUENTOS
Como ya podréis imaginar, el origen del cuento se remonta a tiempos muy lejanos, tanto que resulta complicado indicar con precisión una fecha aproximada. Se dice que los primeros cuentos tuvieron origen hace más de 4000 años. Y que fueron escritos en lenguas babilonias y asirias. Sin embargo, se sabe que los más antiguos creadores de cuentos, que conocemos hoy en día, proceden de pueblos orientales. Desde donde se extendieron por todo el mundo.
El primer relato del que se tiene constancia escrita, cuenta la historia de dos hermanos: Anup y Bata. Encontrado en un papiro de hace 3250 años y que, según un estudio efectuado por Kurt Ranke, ha superado más de 700 versiones distintas. El cuento tiene una gran similitud con la historia narrada en el Génesis sobre Adán y Eva.
La mitología griega es sin duda la gran portadora de personajes y de leyendas. Introduciendo el género de la fábula entorno al silgo VI a.C.. A través de los siglos, y bajo la influencia de distintas culturas y tradiciones, llegan a ser de manera indiscutible el origen de muchos de los cuentos que hoy conocemos. Uno de ellos sería “Las mil y una noches”.
Alrededor del siglo X d.C., nos aparecen cuentos de origen árabe y persa de la mano de piratas, mercaderes o esclavos. De modo que resulta muy complicado saber su origen.
En el año 1668, se publicaron las Fábulas de La Fontaine. El escritor francés, estaba totalmente convencido de que era el género adecuado para que los niños de corta edad distinguieran entre el bien y el mal. Es por ello que le dedicó un libro al hijo mayor de Luis XIV. Para La Fontaine la naturaleza y la antigüedad eran fuente de inspiración. Sus fabulas se presentaban como un relato de la vida contemporánea.
Ningún género literario ha tenido tanto significado como los cuentos populares en la historia de la literatura universal. En todas las culturas se han empleado para transmitir, de generación en generación, la sabiduría popular a los más pequeños, conservando así las tradiciones. Tanto el escuchar como el contar, son necesidades que tenemos todos los seres humanos. Es en este deseo donde la literatura tiene sus orígenes.
Varios de los cuentos de la antigüedad reflejaban el temor que el hombre sentía al escuchar un trueno o un relámpago, fenómenos para ellos desconocidos de la naturaleza, pero a medida que iba avanzando la ciencia y el conocimiento, se fueron dando cuenta de que el contenido de los cuentos, además de narrar los acontecimientos reales de la época, también eran producto de la imaginación.
LA IMPORTANCIA DE CONTAR CUENTOS.
Los cuentos, son sin duda una gran ventaja educativa, también son un ejercicio de relajación. Los niños están acostumbrados a ser el centro de atención, pero no de pensamiento. Son capaces de sentir verdadero agradecimiento y entusiasmo. Una buena forma de hacerlos sentir todo lo especiales que realmente son, es contarles un cuento personalizado. Es otro factor que facilita la memorización y asimilación de todo aquello que les queremos transmitir en esos cuentos. Demuestran así que son capaces de sorprendernos recordando pequeños detalles.
Contarles un cuento sin dibujos, sin libros, con muy poquita luz y mientras ellos están acostados, es una ayuda muy eficaz para contrarrestar la posible falta de atención que sufren algunos niños actualmente. Sin que ellos sean conscientes centran su atención, utilizando el oído como sentido principal, es una manera de estimular su parte visual en el aspecto creativo, obligándoles a imaginar cada parte del cuento.
Con tan sólo siete preguntas somos capaces de elaborar nuestro propio cuento, se trata de ir respondiendo:
«¿Que era o quién era?¿Dónde estaba?¿Qué dijo o que pensó?¿Qué hacía?¿Con quién estaba?¿Qué pasó?¿Cómo terminó todo?»
Quizás nunca nos hayamos parado a pensar en ello, pero si lo analizamos, la mayoría de los valores que caracterizan nuestra personalidad seguramente llegaron a nosotros de la mano de algún cuento. ‘La tortuga y la liebre’, nos mostraban que la consciencia y la modestia daban su fruto. ‘Los tres cerditos’, nos enseñaron la importancia de hacer un buen trabajo. O ‘El patito feo‘, que nos muestra el camino para aceptar a las personas tal como son.
En mi opinión, todos los cuentos nos transmiten algo importante.
CURIOSIDADES:
¿Sabías que una investigación del historiador Karlheinz Bartels, aseguraba que la princesa de los cuentos de hadas, Blancanieves, existió realmente? La historia original puede rastrearse a orillas del río Meno, en la pintoresca localidad de Franconia, Alemania. En 1729 nació Mª Sophia Margaretha, la “verdadera Blancanieves”.
El “espejito mágico”, fue un regalo de bodas. Dicho espejo se halla hoy en día en el museo de Spessant, antiguo castillo de la locliadad germana. El impresionante espejo, mide 1,60 m de altura, y tiene la particularidad de repetir todas las palabras que se pronuncian ante él, por el efecto de la reverberación.
Esta historia fue recogida por los hermanos Grimm en 1812, siempre atentos a las tragedias clásicas, y dio como resultado el cuento de ‘Blancanieves y los siete enanitos‘.
Desde el primer escrito hasta el último de los cuentos, todas las historias han sido utilizadas para transmitir conocimientos e ideas como fuentes de enseñanza reveladora.
Bibliografia| Kamii,C., La teoría de Piaget y la educación preescolar Aprendizaje-Visor, 1985.
Almezar, M.L.,Proyecto curricular de la educación infantil, Escuela española 1993.
En colaboración con iHistoriArte| Mar García