OCTUBRE DE 1917: TIEMPO DE REVOLUCIÓN
«Estamos ante el año en el que se conmemora el centenario de la Revolución Rusa de 1917. Pocas son las publicaciones que por el momento se han sumado a esta celebración, aunque ya van apareciendo noticias sobre nuevos libros de investigación y nuevos trabajos periodísticos en torno a esta celebración. Sirvan estas pocas líneas, en el 5° Aniversario iHA, para recordar la historia que revolucionó por completo el mapa geopolítico del mundo.»
Iván Heredia Urzáiz
PLANTEAMIENTO INICIAL
La revolución de octubre de 1917 fue la culminación de todos los problemas que afectaban a Rusia. Por un lado, la guerra en Europa se prolongaba más de los deseado, afectado en extremo a la maltrecha economía rusa y provocando un creciente malestar social. Los continuos fracasos militares, por otro lado, provocaron una creciente desmoralización de las tropas rusas. Muchos soldados desertaron en el frente y acabaron nutrieron los soviets de pequeñas y grandes ciudades. A la vez, en muchas ciudades rusas surgieron numerosas organizaciones: comités de fábricas, organismos de cooperación ciudadana, que intentaban mitigar las penosas condiciones sociales en las que vivía la mayoría de la población en las urbes.
La inestabilidad política se precipitó con la abdicación del Zar y con los continuos cambios en la formación del gobierno provisional. En el ámbito social, Rusia vivía un periodo de gran inestabilidad con constantes revueltas sociales, manifestaciones y huelgas. Todo ello culminó con la insurrección bolchevique de los días 24, 25 y 26 de octubre de 1917, cuando los bolcheviques tomaron militarmente los puntos clave de San Petersburgo y el Palacio de Invierno, derrocando al Gobierno Provisional
LA REVOLUCIÓN.
La revolución de 1917 dio paso a una nueva etapa en la historia mundial. El origen de la revolución se remonta a las manifestaciones que en febrero de ese mismo año protagonizaron las mujeres por los barrios burgueses de San Petersburgo. Al tercer día de manifestaciones los bolcheviques se hicieron cargo de las protestas, a lo que el Zar Nicolás II respondió con la orden de disparar. Al cuarto día, San Petersburgo amaneció con más de 150 muertos. Después de la masacre, los soldados acordaron no usar las armas contra el pueblo, e incluso llegaron a confraternizar con las masas. Seguidamente, los soldados y huelguistas fueron a la Duma y, tras tomarla, crearon un Soviet controlado por los mencheviques y socialistas revolucionarios, entre otras fuerzas. Los bolcheviques, por su parte, eran partidarios de crear un gobierno revolucionario, aunque la insistencia menchevique para que formaran parte del Soviet hizo que se integrarán en el mismo.
Por su parte, la Duma creó un Comité para el Restablecimiento del Orden y las Relaciones con las Instituciones. Nacía así un gobierno dual o paralelo (Soviet + Comité/Gobierno Provisional), donde el poder del pueblo estaba detentado desde el Soviet y la Duma había creado un gobierno provisional que tenía el poder pero no la autoridad. Tras estos sucesos el Zar se vio obligado a abdicar.
Llegados a este punto habría que reflexionar sobre las razones iniciales que sustentaban la revolución:
- Por un lado, la Clase Obrera solicitaba jornadas de 8 horas, mejoras en las condiciones laborales y sanitarias, seguridad en el empleo y aumento de salarios.
- Los campesinos exigían medidas contra el Zar y el reparto de tierras del Estado y las no cultivadas de los grandes latifundistas.
- Los soldados solicitaban una “humanización” del ejército.
Llegado el momento, las peticiones desbordaron las previsiones del programa bolchevique, que vio cómo tanto el gobierno sufría como el soviet no eran capaces de dar respuesta a las demandas sociales. Ante una respuesta desde arriba, los campesinos empezaron a ocupar tierras y los obreros impusieron la jornada de 8 horas. Se estableció, de esta forma, una doble revolución: la pretendida por los nuevos poderes y la socia, llevada a cabo por los comités ciudadanos que llegaron a funcionar como poderes autónomos.
De febrero a octubre de 1917 la conflictividad social fue aumentando progresivamente, mientras tanto la división política se agudizaba y las rivalidades comenzaban a emerger con fuerza. En abril de ese año, Lenin regresó a Rusia después de años de exilio. Poco después presentó su famoso “tesis de abril”, donde Lenin apoyaba la revolución socialista y la supresión del gobierno provisional que trabajaba a favor de la burguesía y no del pueblo. Asimismo, pedía la nacionalización de la banca, de la propiedad privada y la constitución de una república de Soviets.
Poco tiempo más tarde, en julio de ese mismo año, los bolcheviques protagonizan su primer intento revolucionario. El fracaso del mismo, y las acusaciones realizadas por el gobierno provisional que afirmaba que Lenin y los bolcheviques colaboraban con Alemania y que la revolución que alentaban estaba realmente promovida por el Kaiser (a quien le beneficiaba un movimiento pacifista en Rusia, para que dejara de intervenir en la I Guerra Mundial), propició que el gobierno provisional dictase orden de detención contra Lenin y los bolchevique se convirtieron el chivo expiatorio que explicaba los males de Rusia.
La respuesta de los bolcheviques no se hizo esperar. Desde los soviets, que ellos controlaban, crearon un discurso que criticaba la debilidad del gobierno y su inoperancia. Al grito de “todo el poder para el soviet” los bolcheviques instaron a sus bases a rebelarse contra el gobierno provisional, llamamiento que caló en San Petersburgo y luego en Moscú.
El día 9 de octubre Lenin, exiliado desde julio y que había vuelto a Rusia de forma clandestina, trasladó al comité central del Partido Bolchevique la necesidad de acelerar el proceso revolucionario. Unas semanas más tarde, entre los días 24 al 26 de octubre de 1917 se produjo la insurrección bolchevique. En esas fechas éstos tomaron militarmente los puntos clave de San Petersburgo y el Palacio de Invierno derrocando al Gobierno Provisional. Seguidamente los bolcheviques llamaron a luchar en todas las ciudades rusas, mientras que en el partido se piensa que Lenin debe ocupar el poder.
Sabías que… el proceso revolucionario ruso quedó plasmado en la película “Octubre”, de Eisenstein. Éste director de cine es uno de los grandes cinematógrafos de la historia del cine ruso y universal, y basta visualizar algunas de sus películas para conocer la visión oficial del proceso revolucionario. Junto con su película “octubre”, “El acorazado Potemkin” es otra de sus grandes obras sobre el proceso revolucionario.
Lenin actuó con rapidez, creó un comité militar revolucionario en San Petersburgo, atrayendo el apoyo de los militares y coordinó las acciones del soviet y del partido (así los poderes se confunden en uno). El movimiento revolucionario se expandió con rapidez. Una vez controlado el congreso, Lenin se hizo con todo el poder. El siguiente paso era vaciar de poder a los soviets, cosa que no tardó en hacer, acaparando todo el poder en su figura y en la estructura del partido.
EL IMPACTO INTERNACIONAL. LA III INTERNACIONAL.
El triunfo de la revolución rusa tuvo repercusiones inmediatas sobre los países del entorno, tanto europeos como asiáticos. Ante todo porque Lenin creía firmemente en las tesis marxistas de la revolución proletaria mundial y consideraba la revolución rusa como una fase local de esa revolución más amplia en el tiempo y en el espacio. Esperaba que la guerra provocará en el resto de Europa el mismo efecto que en Rusia facilitando el triunfo revolucionario.
Sin embargo, la realidad fue bien distinta ya que el triunfo de la revolución soviética agrandó la brecha abierta en el seno del socialismo:
- Los socialdemócratas partidarios de la participación en los parlamentos nacionales e incluso en los gobiernos burgueses, condenaban los métodos bolcheviques.
- Una izquierda numéricamente poco importante aceptaba la revisión leninista de la teoría de la revolución de Marx. Una figura relevante en esta facción fue Rosa Luxemburgo.
Lenin y los bolcheviques apoyaron todo lo posible a la minoría de los socialistas de izquierda y surgió la III Internacional, que agrupó a los socialistas radicales europeos bajo las siglas de partidos comunistas nacionales. Hasta 1935 la III Internacional trabajó por el triunfo de la revolución proletaria en toda Europa siguiendo los métodos bolcheviques y repudiando la participación de los socialdemócratas en la vida política parlamentaria. Hacia 1935, cuando los regímenes fascistas empiezan a mostrase agresivos, la URSS y la III Internacional optaron por una política de seguridad colectiva. Se dieron instrucciones a los partidos comunistas para que cada uno en su país respectivo formasen coalición con los socialistas y los liberales avanzados en lo que se llamaron “frentes populares”, El objetivo era combatir el fascismo y la reacción. En Francia y España la coalición de socialistas y comunistas llegaría al poder en 1936. Al final, la III internacional sería disuelta durante la II Guerra Mundial, aunque Rusia siguió intentando expandir el modelo comunista, aunque tras la guerra, adoptaría otro sistema para lograr ese avance. Pero eso es otro tema que dejamos pendiente para el futuro.
Fuentes | Iván H.
Imágenes | W. Commons
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