El principal rasgo diferenciador del arte japonés es la consideración que hace de las artes. Mientras que en Occidente la arquitectura sería considerada como el arte mayor, en Japón no es más que fruto de una colectividad de artesanos. Sin embargo actividades artísticas como la caligrafía, la poesía o la pintura serían consideradas actividades de una notable relevancia frente a la escultura o la arquitectura. Lo que se ve reflejado en la cantidad de tratados y nombres propios que han llegado hasta nuestros días sobre estas manifestaciones artísticas. La armonía y delicadeza de líneas no solo despiertan el placer estético, sino nos transmiten la sabiduría milenaria. Cada línea tiene su sentido, cada movimiento del pincel de calígrafo crea algo bello.
La caligrafía es el arte de configurar de forma bella, expresiva y elegante los caracteres de la escritura. Basada en caracteres ideográficos, que representan ideas, conceptos u objetos.
La singularidad de la escritura es lo que la convierte en un arte. Se valora el gesto del pincel sobre el soporte, de papel o seda. La composición, es decir la relación entre el tamaño de los diferentes trazos que componen los caracteres. Así como la disposición de los caracteres en el espacio y su relación dentro del soporte son otros rasgos a valorar de este singular arte.
La escritura surge en China en el período Shang (1500-1050 a.C.), pero se convertirá en un arte a partir de la época de los Tres Reinos y las Seis Dinastías (s.III-SVI d.C.) de donde se extenderá por Japón y Corea. Desde la expansión de la caligrafía como arte, surgirán una serie de instrumentos asociados a la poseía, la pintura y la caligrafía:
-El Pincel: compuesto por un vástago, de madera, bambú o marfil, ornamentado con una borla de origen animal. A diferencia de Occidente, la borla acaba en punta lo que permite un mayor control sobre los diferentes grosores del trazo. Otra característica que marca estas artes es la forma en la que el artista coge el pincel.
-La tinta: se trata de tintas acuosas no grasas, principalmente se emplea una tinta negra constituida a base de hollín de pino mezclado con pigmento negro de humo obtenido de plantas calcinadas. Todo ello unido a través de clara de huevo o cola de arroz. La mezcla se homogeneíza hasta obtener una barrita de tinta.
-El tintero: que servirá para disolver la barra de tinta en agua. Se diluye según las necesidades del artista para obtener tonalidades más o menos oscuras.
-Soporte: fundamentalmente se emplea la seda, pero sobre todo el papel. El papel es el soporte más extendido, aunque los formatos pueden variar desde papeles rectangulares con gran desarrollo vertical, a grandes soportes en forma de abanico o formatos horizontales.
El papel será uno de las grandes aportaciones de China a la humanidad, inventado a principos del s.I d.C no se popularizará hasta el s.III cuando se extienda por Corea y posteriormente a Japón en el s.VI. Tres cualidades son la base de su éxito frente a otros materiales: el precio, la textura y la capacidad de absorción de tintas.
Shodo o camino de caligrafía japonesa es un arte derivado del zen, por el cual el caligrafista japonés transmite con su trazo la esencia de cada palabra, con toda su delicadez y fuerza a la vez. Esto es uno de los caminos que llevan a la comprensión del sentido de la vida y las verdades eternas, así mismo que otrora llevaban a estas verdades el camino del guerrero, busido, el camino de las artes bélicas, budo (karate-do, dzu-do, quendo), el camino del té, chado, y muchos otros caminos.
Bibliografía| AA.VV. Sho. Avui. Caligrafía Japonesa, Barcelona, Caixa de Barcelona, 1984.
NAKATA Yujiro, The Art of Japanese Caligraphy, New York, ed. Weatherhill, 1973.
En colaboración con iHistoriArte| Dave Meler
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