Como siempre digo no podemos interpretar hechos históricos desde preceptos concebidos con ojos del presente. Por eso cuando hablamos del término colonización griega en época arcaica, hay que entender que no estamos ante un proceso de expansión imperialista. Si no de un desesperado intento de supervivencia, como respuesta a la situación de carestía que se estaba dando en la Grecia continental.
Tanto la tiranía como la colonización griega, serán dos procesos que van a conducir de forma directa a la época clásica.
Se trata de un elemento que ampliará el mundo griego, provocando un aumento del campo de actuación de la polis. Y a su vez servirá para implementar nuevos sistemas políticos como solución a la stasis: en primer lugar la oligarquía y después la tiranía.
La colonización supuso la movilización de recursos frente a una situación excepcional, por una parte. Y el traslado deliberado de población de un lugar a otro, por otra.
La fundación colonial de una ciudad, implicaba la independencia total de la metrópoli desde el principio. Hablamos de ciudades nuevas, pero que reproducían los esquemas previos de la Grecia continental.
En este momento concreto se desarrollará el concepto de «ciudad ideal». Convirtiendo las colonias en laboratorios perfectos para poner en marcha nuevas teorías e innovaciones.
Los griegos basaron su proceso colonial en un instrumento muy poderoso: su flota. Y la complementaron con el ejército de hoplitas, tropas de ocupación del territorio como ya hemos visto en artículos anteriores.
Este proceso se desarrolló en dos grandes períodos, aunque previamente se había producido la colonización griega de Asia Menor.
Período del siglo VIII al 650 a.C.
Momento en el que los griegos fundan las llamadas apoikiai o colonia. Se trataba de una polis nueva e independiente. Comunidades agrarias, puesto que estaban motivadas por la stenokhoria (falta de tierras).
Se dio sobre todo en la denominada Magna Grecia (Sicilia y sur de Italia, llegando hasta Roma). Las potencias coloniales más destacadas fueron: Eubea con sus polis Calcis y Eretría; Megara; Corinto y Mileto.
Lo que nos hace pensar que la stasis en estos lugares fue especialmente violenta.
Período del 650 al siglo V a.C.
Período de fundación de los denominados emporion. Fundaciones griegas abiertas, puntos de encuentro estrictamente comerciales. No tardarán en convertirse en auténticas polis, pero con un marcado carácter diferenciador entre el mundo de los griegos y el de los «otros».
La potencia colonial de la época fue Focea, con colonias en el Mar Negro con un importante influjo orientalizante; y en el oeste del Mediterráneo, con la construcción de Massalia, Emporión y Rhode; en Egipto, con la fundación de Náucratis en el delta del Nilo.
En este período el mundo griego estaba menos necesitado de tierras, ya que los tiranos se habían preocupado de expropiar terrenos a los aristócratas y repartirlos entre el pueblo. Esto motivó el interés por estimular la colonización comercial. El objetivo era tener contentos a comerciantes y artesanos que mantenían a los tiranos en el poder.
El proceso de fundación colonial
En primer lugar, la polis, debía encontrar a una persona capaz de organizar la expedición: un oikistés, al cual se dotaba con todo tipo de atribuciones.
Disponía de la capacidad de decisión sobre los diferentes aspectos del proceso. Una vez en el nuevo emplazamiento, el oikistés, era el responsable de establecer los problemas y las soluciones, gestionando los pobres recursos griegos para la fundación de la colonia.
Desempeñaba todas las funciones (administrativas, militares, judiciales, legislativas…). A su muerte recibía culto, se les consideraba héroes.
Tras la designación del oikistés, había que decidir el lugar del nuevo emplazamiento, siempre cercano al mar.
Para ello se realizaban expediciones de reconocimiento. Se elegían lugares próximos a la costa por varias razones: los griegos eran mejores marineros que infantes; el mar les ofrecía un muro de protección, así como una vía de escape; y sobre todo por las posibilidades comerciales.
Un ritual indispensable fue la consulta al oráculo de Delfos, convertido en lugar de reunión de los expertos de la época. La sanción religiosa era necesaria para decidir realizar o no la empresa. En este momento, el oráculo de Delfos, se confirmará como uno de los santuarios panhelénicos.
En la primera expedición a la nueva colonia solo se enviaban varones, por si surgían problemas con los indígenas. Se repartía el territorio en lotes de tierras y se ensayaban nuevas formas de distribución del terreno, como la disposición en damero o sistema hipodámico (en honor a su inventor, Hipódamo de Mileto).
Una vez instalados se iniciaba el ritual que indicaba la independencia de la metrópoli. Se transportaba desde la polis hasta la nueva colonia la «llama sagrada», que era depositada en el témenos (terreno delimitado y consagrado al dios).
Una vez introducida la llama en el recinto sagrado se consideraba que la colonia era totalmente independiente. Quedando como único nexo de unión con la «madre patria» los vínculos espirituales, que acabarán también por desaparecer.
Las relaciones de los griegos con los pueblos colonizados fueron muy diversas
Desde el entablamiento de lazos comerciales en los emporia, hasta la esclavitud a la que les sometieron algunas apoikías.
Pueblos como los etruscos, cultural y socialmente fuertes, asimilaron e interpretaron a su manera aquello que les servía de la cultura griega, por ejemplo el panteón religioso. Otros como los sículos de Sicilia, se limitaron a copiar burdamente lo que traían los griegos.
Tras siglos de convivencia, la influencia helenizadora llegó hasta la mismísima Roma.
Autor | Dave Meler
Imágenes | W. Commons
No olvides suscribirte a nuestra newsletter o dejarnos tus comentarios si te ha gustado este post sobre la colonización griega. Tu apoyo nos ayuda a seguir publicando.