Sabías que… Hasta finales del siglo XIX cada localidad poseía su propio huso horario, el cual dependía del movimiento del sol y estaba establecido por un reloj local, habitualmente el del campanario de su iglesia.
Hoy en día es difícil imaginar una situación así, suponte estar en una ciudad y que la metrópoli vecina tuviese una hora diferente a la tuya. Si vivieses y trabajases en distintas ciudades, podrías con seguridad llegar tarde por la confusión horaria, los trenes sufrían accidentes por el mismo desconcierto, etc.
El cambio a una estandarización universal del huso horario se lo debemos a Sandford Fleming.
Un escocés de nacimiento, canadiense de corazón, al que la idea se le ocurrió mientras digería su enfado por haber perdido el tren a Londonderry en la estación de Donegal, Irlanda.
«Julio de 1876, Sandford respiró el aire caluroso del verano sonriendo al ver los pájaros piando posados en los árboles mientras el sol calentaba su cara en la calma de aquella tarde veraniega, aunque había algo que le extrañaba, la estación a menudo llena de gente al aproximarse el tren se encontraba excesivamente tranquila.
Sacó su reloj de bolsillo para cerciorarse que no se hubiese equivocado, y frunció el ceño con extrañeza al comprobar que eran casi las 5.35 pm, momento en el que se supone llegaba su tren con destino a Londonderry. Quizás es que nadie va hoy en esa dirección pensó inocentemente cuando le interrumpieron;
– Disculpe señor ¿puedo ayudarle? – Le sorprendió una voz a su lado, era el jefe de estación.
– No comprendo ¿acaso he perdido el tren de las 5.35 a Londonderry? – Preguntó contrariado.
– Lamento decirle caballero que no hay tren a Londonderry a estas horas –
– Puedo estar haciéndome mayor, pero todavía sé leer el horario del tren – comentó Fleming mientras le mostraba su billete.
Después de un momento, el jefe de estación movió la cabeza y le respondió señalando el ticket: “aquí está el problema, el horario dice 5.35 pm, pero es incorrecto, el tren a Londonderry solo pasa a las 5.35 am”
– ¡Perderé el Ferry a Inglaterra! – gritó mientras su cara se enrojecía del enfado.
Lo lamento mucho señor, dijo el jefe de estación, le ofrezco pasar la noche aquí y mañana puede usted subirse al siguiente tren continuando su viaje.
Fleming aceptó la invitación y mientras se hospedaba en casa del jefe de estación pensó. ¿Y si tuviéramos una nueva manera de comprobar las horas?
Tomó un mapamundi y a la par que dibujaba líneas verticales que lo dividían de norte a sur pensó en una solución, si en vez de fraccionar el día en A.M. y P.M. creásemos un sistema de 24 horas, cada momento del día tendría su número específico y este error no hubiera sucedido, el hijo del jefe de estación que se encontraba con él le preguntó; ¿significa eso que habría unas 6 y unas… ¿18 horas? A lo que Fleming contesto: sé que ahora suena raro, pero si creáramos un sistema horario de esa manera todo el mundo sabría a qué momento del día nos estamos refiriendo.
No obstante, añadió, hay un problema más grave que este, señaló su sándwich partido en dos y le dijo imagínate que esta mitad es Londres, y la otra Liverpool, ambas tienen horarios diferentes, como también cada población a lo largo del recorrido ferroviario entre ambas, así que, ¿si quieres subir al tren que hora debes usar? ¿La de Londres, la de Liverpool, o la de tu ciudad?»
Allyson Gulliver, Historia de Canada, 2018
Y así fue como comenzó una historia, que cambiaría la manera de contemplar los relojes en el mundo.
Fleming ideó aquella noche un sistema horario de 24 horas, dividiendo el planeta a su par en 24 husos horarios de 15 grados cada uno con diferencia de una hora entre ellos, y lo presentó ante la Royal Canadian Institute en 1870.
Con posterioridad jugaría un papel decisivo en la convocatoria de la conferencia internacional del meridiano de 1884 en Washington DC. Cuyo objetivo era la elección de un meridiano longitud cero en común a todos los países y hacerlo estándar en el mundo entero.
Este citado sistema de huso horario estándar internacional se adoptó el 1 de enero de 1885, aunque no todos los países lo utilizaron de inmediato, su implantación se produjo de forma progresiva hasta que a finales de los años veinte del siglo XX la mayoría de naciones del mundo ya usaban de forma oficial este nuevo formato.
Sandford Fleming no fue el creador de la unificación horaria, pero si fue el padre de dicha creación.
Como aporte, también indicar que nuestro buen amigo Fleming fue el creador del ferrocarril inter-colonial, el ferrocarril canadiense del pacífico, diseñó el primer sello de correos de Canadá (el castor de 3 peniques) y también los primeros patines en línea de la historia.
Fuentes | Glasgow, una historia sorprendente, Historia de Canada, Britannica
Autor | Fran Galindo
Imágenes | W. Commons, Fran Galindo (@scotland_in_my_pocket)
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