Hola de nuevo amigos, como podéis ver hoy me he puesto un atuendo adecuado para el tema del mes y me encuentro en muy buena compañía con mi amiga, y sé que también vuestra, la bruja Carmela. Tenía ganas de hacerle una nueva entrevista y pensé que nadie estaba más capacitado para hablar de este tema que ella. Cuando se lo dije, le pareció una idea estupenda y por eso hoy me acompaña dispuesta a contestar a todas mis preguntas.
– Buenos días, bruja Carmela.
– Buenos días Pantapa, te sienta muy bien el disfraz de mago, pero no tengo mucho tiempo, voy a un congreso de “Hechizos y brujerías en el siglo XXI, actualizarse o desaparecer”, así que empieza con tus cuestiones, no quiero llegar tarde.
– ¿Quieres decir que corréis peligro?
– Bueno, tenemos algunas dificultades. ¿Has oído hablar de la “crisis de los humanos”?
– Sí claro, ya sabes que tengo muchos amigos que lo son y me preocupan mucho.
– Pues también nos afecta a nosotras. Como ellos compran menos libros de cuentos y los autores reciben menos dinero, pues tienen más limitada su imaginación para crear y cada vez en los cuentos tenemos más problemas para conseguir los artículos que nos hacen falta para nuestros hechizos, porque algunos los encontramos en los bosques pero otros debíamos comprarlo en los pueblos y ahora todo está carísimo.
– ¡Vaya, no me podía imaginar una cosa así!
– Pero eso no es todo. Lo más difícil ahora para nosotras es nuestra propia “crisis de identidad”.
– ¿Qué es eso Carmela? ¿A qué te refieres?
– Mira, espantapájaros. Nosotras siempre hemos sabido cuál era nuestro papel en los cuentos. Teníamos muy claro cómo debíamos comportarnos, cómo vestirnos, dónde vivir, cómo debía ser nuestra apariencia para que todos supieran quiénes éramos y además sabíamos qué se esperaba de nosotras.
– Sí, sí, claro. Lo entiendo.
-Tú no entiendes nada. A veces hasta a mí me cuesta. Me levanto por la mañana y cuando me miro en el espejo, veo que no tengo verrugas, ni la nariz grande y ganchuda, mi pelo ni durmiendo se me pone enmarañado, soy muy joven y entonces me pregunto, ¿seré de verdad una bruja o tal vez no?
De esta manera es muy complicado que los otros personajes de cuentos me tengan respeto y sobre todo un poco de miedo. Tengo que hacer grandes esfuerzos para hacerles ver que soy una bruja y esto nos ocurre a todas.
– ¿Y por qué crees que actualmente os estén cambiando el aspecto y también vuestros papeles?
– Eso no está muy claro. Hay dudas al respecto, en nuestras reuniones anuales, hablamos de esos y otros temas que nos preocupan. Algunas comentaban que a muchos padres de hoy en día no les gustaba la idea de la bruja malvada que entre otras cosas asustaba a los niños pequeños. Pensamos que están equivocados, los niños no son tontos, solo pequeños y saben que los cuentos son fantasías, que forman parte de la imaginación. Además, ¿es que acaso en su realidad humana no hay gente que no se comporta bien? En los cuentos en los que salíamos antes había un equilibrio de fuerzas, el bien contra el mal y ellos sabían que ganaría el bien. Todo estaba en orden.
– Por eso ahora muchas sois muy distintas a la imagen de la bruja digamos tradicional, ¿no es eso?
– Tampoco es tan sencillo. Hay creadores que han querido dulcificar nuestra imagen para hacerla más querida por los niños y más actual. De esa forma han cambiado nuestro aspecto físico y también los que eran nuestros gustos y costumbres. Algunas de nosotras ahora viven en la ciudad, ¿te imaginas? Se tienen que enfrentar con mucha desventajas a seres y artilugios que no conocíamos y claro nos volvemos torpes y nuestros hechizos no tienen los resultados qué esperábamos, nos cuesta mucho encontrar lo que necesitamos, y nos convertimos en seres que damos risa y a veces pena.
– Pues sí, ha de ser complicado adaptarse, yo no me veo en la ciudad, ¡qué locura!
– Es por eso que andamos recogiendo información y haciendo cursos para actualizarnos y poder enfrentarnos a todos estos cambios y para que no se pierda nuestra identidad entre tanto desbarajuste.
– La verdad, no me lo había planteado hasta ahora, pero sí que eres muy diferente a otras brujas.
– Es lo que te estoy diciendo, espantapájaros, que no te enteras. ¡Agáchate y escucha! Acerca la oreja que no quiero que se entere, tú… ya sabes quién.
– ¿Quién?
– Baja la voz, Pantapa. Esa mujer que nos inventó…, creo que es también cómplice de lo que nos pasa a las brujas, si no, por qué me ha imaginado de esta manera.
– Oye y por qué no le preguntas directamente.
-¡Ummm! No me fío de ella. Prefiero seguir investigando junto a mis colegas.
– Bueno y, ¿qué pensáis hacer?
– De momento, en este congreso al que voy, vamos a intentar ponernos al día en cuanto a los hechizos más actuales y novedosos. Vienen brujas de todos los mundos que aportaran sus saberes sobre brujerías. No es que queramos ser siempre las “malas” de los cuentos pero sí reivindicar nuestros derechos a serlo ya que tenemos los poderes necesarios. Y bueno, también traerán con ellas, sus artilugios, sus mascotas y sabremos de otras formas de convivencia con los otros personajes de los cuentos. Sin duda nos servirá de mucho para comprender lo que nos está pasando y actuar en consecuencia.
– Ya y…
– Nada, no me hagas más preguntas. Tengo que ir despacio, mi escoba anda un poco delicada y no la puedo forzar mucho. Te dejo Pantapa y a vosotros niños y niñas también. ¡Hasta la próxima!
– ¡Vaya! pues ha salido volando.
Antes de despedirme yo, quiero dejaros una actividad que la bruja Carmela ha preparado para vosotros y que creo que es muy divertida. Se trata de que hagáis una pócima. Para ello os ha dejado cuáles pueden ser los principios y también una hecha por una amiga humana para que os sriva de referencia.
PASOS PARA HACER UNA POCIÓN MÁGICA
1º hay que pensar para qué quieres que sea tu poción mágica y le pones un título.
2º se sigue la siguiente secuencia:
Primero-Después-A continuación-Una vez-Luego-Por último.
3º Hay que inventarse unas palabras mágicas.
Un ejemplo de una niña llamada Marta.
Poción para que no existan los deberes
Primero cogemos una caldera bien caliente.
Después echamos un cuaderno lleno de deberes.
A continuación cogemos la agenda de los deberes y la partimos en mil pedazos.
Una vez cocidos lo mezclamos con lágrimas de los alumnos.
Luego se lo hacemos beber al profesor/a,
Por último le hacemos decir: suplicius no debiusus.
Me encantará que me enviéis alguna poción a mi página de Facebook Pantapa en Pekehistoria
Vuestro espantapájaros amigo, Pantapa.
En colaboración con iHistoriArte| Pepa González Ramírez
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