¡Hola de nuevo pekelectores!
En el anterior artículo os hablé de cómo fuisteis evolucionando y de que llegado los homínidos a la especie Homo Sapiens, es decir a la que pertenecéis vosotros, todos los siguientes avances de la humanidad ya fueron a través de las diferentes culturas que se fueron creando a medida que los hombres se iban adaptando a los diferentes paisajes en los que se fueron asentando.
También os hablé de como estos hombres se movieron hacia todos los continentes y por ello surgieron muchas y variadas culturas. Hoy nos vamos a quedar en el origen, en África y os mostraré cómo vivían esos grupos.
Quería explicaros, antes de nada, que se entiende por cultura para que no os hagáis un lio. Me refiero a las diferentes formas de vida, los conocimientos que tenían esos primeros grupos, a cómo se relacionaban y al desarrollo artístico que consiguieron. Gracias a la unión de los hombres en estos grupos es como habéis sobrevivido, manteniéndose juntos, compartiendo experiencias y transformándose éstas en normas y tradiciones.
¡Ya veis que importante es para vosotros compartir con otros! No os olvidéis nunca de ello.
Os empezaré contando de las primeras gentes que vivieron en el Sahara. Ya sabéis que el Sáhara es un desierto enorme, el mayor del mundo y que se encuentra en el norte de África, su nombre en árabe significa “tierra desolada” pero no siempre lo fue. Sí, sí os lo aseguro, me he cerciorado bien. Hace muchos, pero que muchísimos años, existieron allí, ríos y lagos, y bosques en sus montañas. Vivían allí muchos animales: gacelas, antílopes, hipopótamos, rinocerontes, avestruces, también el asno, el gato y los cocodrilos entre otros.
Además tenían grandes peces en sus aguas. A estas gentes se les llamó Aterienses. La
primera cultura del desierto, que incluso en periodos más desérticos no abandonaron esas tierras. Eran muy buenos cazadores, recolectores y muy hábiles en la creación de armas y herramientas de piedras.
Nada fácil fue tampoco la vida para los primeros grupos de hombres que se adentraron en la selva. Lo hicieron perfeccionando sus útiles que se convierten también en instrumentos de leñador. Vivían acampados por periodos de tiempo junto a los cursos de agua y utilizaban para construir sus viviendas, ramas, cortezas y lianas de los abundantes árboles. A sus piezas de piedra les añadieron palos de madera que eran usadas para excavar raíces y abrir termiteros de donde sacar la comida recogida por las termitas. ¿Os comeríais vosotros esa comida?
Se sirvieron muy bien del fuego con el que se ayudan para construir canoas y jugos de plantas. No tienen problemas para conseguir agua pero sí la guardan en odres hechos de las cortezas, plantas o pieles de animales. Vivieron alrededor del río Níger y el Congo y fueron designados como Lupembianenses.
Otro tipo de paisaje en el que estos grupos se transforman es la costa que hasta ahora habían evitado. Hace unos 100.000 años en la zona de El Cabo, en el sur de África se cree que comenzaron a asentarse. Viven en cuevas y aprenden muy pronto a utilizar los recursos que el mar les ofrece. Los alimentos son recolectados entre todos y cada uno tiene unas tareas diferentes.
Hay en estos tres grupos humanos de los que os he hablado, asentados en esos paisajes tan diferentes, algo en común y es una gran cohesión familiar y tribal; un lenguaje que ya articula los más variados aspectos de la naturaleza y una memoria mitológica colectiva.
Y mucho de esto lo sabemos gracias a las pinturas rupestres donde se pintaban rituales, y sus conocimientos del mundo.
Esto que os acabo de contar forma parte del periodo que se llama Paleolítico y es a partir del 17.000 al 15.000 a.C. que se estudia el siguiente periodo, el Neolítico.
Una de las características que distingue a esta época es el uso de útiles y herramientas que están formadas por varias piezas como el arco, por el uso de microlitos, que son unas piezas pequeñas, lascas obtenidas al golpear con un punzón otras piezas mayores y porque utilizan muchos alimentos vegetales.
Los microlitos o minúsculas lascas de piedras les sirven como puntas de flechas, de arpones, incluso hoces, raspadores y buriles.
Esta cultura microlítica se da por todo el norte de África, principalmente en la zona alrededor del río Nilo y del Níger. Viven de la recolección, de la caza y de la pesca.
También alrededor de los grandes lagos se dan asentamientos con unas características muy peculiares que sin duda será una tradición que perdurará en África ya que son una gran fuente de alimentos. Sus útiles son específicos para la caza del cocodrilo, hipopótamos y grandes peces, para ello utilizan arpones de hueso y anzuelos y bastones con microlitos. Se consumen moluscos y caracoles.
¡Ya veis que antiguo es eso de comer caracoles! ¡Qué sé de buena fuente que en muchos lugares aún los seguís comiendo!
Aparece el ahumado como medio de conservación. Las pinturas de esa época nos muestran que usaban redes, trampas, canastas pequeñas cabañas de juncos, odres de piel, el arco y el bastón arrojadizo, que es una especie de bumerán que no regresa. A pesar del abundante alimento que tienen, salen a cazar, en ocasiones, a los grandes mamíferos: elefantes, rinocerontes, antílopes y avestruces, de los que además utilizan sus huevos como recipientes y para hacer collares.
Un gran hallazgo que se da en estas comunidades es la cerámica. Las más antiguas son del 9.000 al 8.000a.C. y están decoradas imitando a las canastas. La arcilla de las orillas mezcladas con los vegetales es el origen de esta técnica que tanto se utilizará y que llegó a convertirse también en todo un arte Cubren, al principio sobre todo, la necesidad cada vez mayor de conservar y cocer los alimentos.
Estos grupos creados alrededor de las aguas se mantienen hasta el 2.000 a.C. cuando comienzan a darse nuevas oleadas de aridez y aumento del desierto, es entonces cuando surgen las culturas de los pastores. Una forma de vida que aún perdura en muchos lugares del continente africano.
Un continente sin duda increíble, donde aún hoy podéis encontrar tribus que perduran en armonía con la naturaleza.
En este ambiente, con todos esos inicios culturales de los diferentes rincones de África, se encuentra el germen de esa gran civilización que será la egipcia, pero hablaros de ella llevaría un nuevo artículo.
Así que me despido ahora esperando que os haya sido de interés estas curiosidades sobre vuestra prehistoria.
Vuestro amigo, el espantapájaros Pantapa.
Bibliografía| Historia del hombre de Ediciones SM.
En colaboración con iHistoriArte| Pepa González Ramírez
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