Hola amigos, de nuevo con vosotros en este año de 2014 recién estrenado, seguro que con muchas ilusiones y sueños por realizar que yo deseo que se cumplan todos.
Estoy feliz ya que estoy muy bien acompañado de mi amigo Trapitos. Un gato charlatán y dicharachero, aunque a veces un poco travieso. Lo conocí en la fiesta que hicimos para la celebrar la llegada del invierno y me pidió si se podía quedar una temporada aquí conmigo y por supuesto le dije que sí.
Trapitos porque no te presentas a los niños y las niñas.
– ¿Cómo estáis? Me llaman Trapitos porque estoy hecho con retales de telas, de trapos que también les llaman y estoy relleno de la mejor guata blanca. A mí me gusta el nombre, me hace parecer más joven.
– Desde luego eres un buen representante del mundo de la Fantasía. El gato más original que nunca haya visto y un animal con mucha historia.
– Pues me encantaría que me contaras lo que sabes.
– A mí hay una leyenda sobre vuestro origen que me gusta mucho.
Cuando comenzó el diluvio universal, Noé no pudo meter en el arca a ningún gato pues no existían. Sí entraron ratas y cuando llevaban ya un tiempo sobre las aguas, estas comenzaron a comerse las existencias de comida que llevaban. Noé desesperado le pidió ayuda a Dios quién se apiadó de él e hizo que el león tosiera bruscamente y de él, en el esfuerzo, nació el primer gato. Gracias a él las ratas se mantuvieron a distancia de los alimentos.
– ¡Ja, ja! Me gusta mucho esa historia, verás cuando se lo cuente a los demás, se partirán de la risa. Oye cuéntame más historias Pantapa.
– Bueno te contaré ya datos verídicos e históricos de los hombres.
Parece ser que estáis en el mundo desde hace muchísimos miles de años. En un principio viviendo de forma salvaje.
– A qué te refieres, no conozco a ningún gato salvaje, bueno Capitán, el gato de la montaña, no es muy amigable que digamos.
– No es exactamente eso a lo que me refiero. Los hombres dicen que son salvajes aquellos animales que no conviven con los hombres, sino que viven libres en la naturaleza.
Se cree que dejasteis de ser salvajes para volveros domésticos en Egipto allá por el año 2.000 a C. Fuisteis unos buenos aliados para los agricultores, porque evitabais que los ratones se comieran el trigo que guardaban y también ahuyentabais a las serpientes que merodeaban por las casas. Llegaron a adoraros pues pusieron vuestra cabeza a la de la diosa Bastet, que representaba la fecundidad y la belleza. Por eso fuisteis muy protegidos.
– Algo había oído, creo que incluso llegaron a momificarnos y a enterrarnos con nuestros dueños, ¿es eso cierto Pantapa?
– Sí Trapitos, así es y también teníais vuestros propios sarcófagos. Además en señal de luto y para mostrar la tristeza que sentían, la familia dueña del gato que había muerto, se afeitaban las cejas.
– ¡Vaya no me hubiese importado vivir en Egipto! ¡Nos adoraban!
– Supongo que fue una gran época para vosotros. Hubo también otros países que os tenían en muy alta estima, como en la India y en China. En Japón también, aunque aquí había ideas encontradas sobre vosotros, pero lo que sí hicieron fue representaros en el arte de muchas maneras.
– Otra cultura que os apreció mucho fue la celta, los cuales se acercaron mucho a comprender todos vuestros poderes. De hecho pensaban que vuestros ojos eran la puerta de entrada al mundo de las hadas.
– Sí, ellos sí que sabían.
¡Qué me alegro de que los humanos nos hayan apreciado siempre tanto!
– Bueno querido Trapitos, siento decirte que no siempre ha sido vuestra relación tan idílica. En Europa y durante una parte de la Edad Media fuisteis perseguidos.
– ¿Cómo? No me lo puedo creer. Tuvimos que hacer algo muy malo para que hicieran aquello.
– La verdad es que aquella época de los humanos fue de mucha superstición, debido en parte a que la Iglesia Católica funcionaba con unos dogmas muy rígidos y tenía mucho poder. Pensaban que el hecho de que vuestros ojos brillasen en la oscuridad era porque estabais relacionados con el demonio. Como además os gustaba salir de noche os asociaron a la oscuridad y a las brujas, a la hechicería. Y así como fueron perseguidas ellas, también los fuisteis vosotros.
– ¡Qué horror!
– Y pagaron de forma terrible lo que hicieron con vosotros, ya que vuestra población disminuyó tanto que las ratas aumentaron en gran cantidad y trajeron a los humanos una enfermedad terrible llamada la Peste que provocó millones de muertes. Afortunadamente años después, con el Renacimiento vuestro prestigio volvió a surgir hasta el día de hoy.
– Menos mal, qué vida tan azarosa hemos tenido en el mundo de los humanos Pantapa.
Por cierto y, ¿porqué esa idea, que he escuchado de gente que piensa, que los gatos negros les traen mala suerte?
– Esa pregunta me gusta mucho, es algo que me causó mucha curiosidad y que lo investigué.
Hay una superstición muy antigua que tiene su origen en China y que está relacionado con ello. Una leyenda cuenta que un emperador llamado Lyn Hi Tiang tenía una sola hija a la que quería muchísimo. Ella tenía un hermoso gato negro y un día desapareció, haciendo que la princesa no parara de llorar. El emperador promulgó una orden, todo aquel que se encontrara con el gato y no lo cogiera sería ahorcado. Como es muy difícil atrapar a un gato, las gentes tenían mucho miedo de encontrárselo.
De aquí surgió la idea de que ver a un gato negro trae mala suerte.
– Entiendo que hay humanos que se creen cualquier cosa, ¡qué tontería! Hasta creen que los gatos que andamos en el reino de la Fantasía hemos sido inventados por ellos, ¡qué ilusos! No saben de nuestras artimañas para introducirnos en sus mentes y en sus momentos de inspiración de los creadores de personajes, de cuentos y de historias para sus películas. Estamos en todos los países y por todos lados.
– Es cierto y os conocen todos los niños del mundo humano. Estáis con ellos siempre en muchos momentos.
– Sí, ¿te acuerdas de Doraemon? De vez en cuando, viene por aquí. Es muy amigo mío.
– Claro, son muchos los famosos y queridos, por los niños sobre todo. El Gato de Cheshire, Hello kitty, El gato Felix, Garfield, Luna (personaje del manga y anime Sailor Moon)…
– ¡Ah, no me la menciones! Mi amada Luna, ¡cuánto la echo de menos! La quiero muchísimo y ella también a mí, pero le encanta lo que hace y yo feliz de verla feliz. ¡Tengo tantas ganas de verla! Esperaré impaciente a que pueda venir unos días por aquí.
– Bueno Trapitos no te pongas triste que seguro que muy pronto vendrá.
Ahora debemos despedirnos porque no me gusta cansar a los niños y niñas que nos leen.
Espero que no os hayamos aburridos con esta historia. Trapitos me dice que seguramente otro día volverá para estar por aquí con todos vosotros y que os manda un ronroneo muy grande. Yo os digo adiós hasta el próximo artículo.
Me encantará que me visitéis, os esperan sorpresas, en mi página de Facebook Pantapa en Pekehistoria.
Vuestro espantapájaros amigo, Pantapa
En colaboración con iHistoriArte| Pepa González Ramírez
Fuentes| Wikimedia Commons, Tredicesima, Doraenciclopedia, Foujita
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