Tras visitar el barrio de Bloomsbury, no quisimos abandonar Londres sin entrar en el majestuoso British Museum. Situado precisamente en Bloomsbury Street, que alberga sin duda, una de las verdaderas Joyas de la Corona. Contiene la mayor y más emblemática exposición del Arte Antiguo que recorre América, Asia, China, Mesopotamia, Egipto, pasando por Grecia o el Renacimiento italiano. Una colección única no exenta de cierta polémica en relación a los expolios realizados. Sin embargo al pensar en el destino que hubieran podido tener las magníficas obras, el buen recaudo museístico me parece una excelente opción.
De todas las piezas allí expuestas, piezas que nos remiten al pasado más ancestral y a nuestros antecedentes artísticos más remotos, me quedo con tres objetos fascinantes (entre muchos otros): La Piedra Rosetta, La Copa Warren y el busto monumental de Ramsés II. Es gracias a la historiografía del S. XIX cuando se tomó consciencia de ese pasado. Época de las grandes expediciones de antropólogos, historiadores, doctores en biología y época de grandes hallazgos fundamentales para la humanidad.
Después de pasear entre tantas maravillas, decidimos ir un poco más allá… hasta el número 48 de Doughty Street. Queda en el contiguo barrio de Camden. Allí está la Casa Museo de Charles Dickens. Podemos ver en ella un auténtico hogar londinense del S.XIX, con sus cuatro plantas, la madera, la moqueta, empapelados en las paredes, pero lo más importante: la biblioteca del autor, sus muebles, enseres, ediciones, notas, manuscritos y cartas sobre su vida, retratos… Una auténtica delicia para los amantes de la literatura.
Y si hay algo que, verdaderamente, admiro de Londres es la capacidad de convertir los modestos o no tan modestos hogares de personajes conocidos en museos altamente didácticos por muchas razones: no sólo para conocer la vida y obra del protagonista, sino que nos muestra las costumbres, formas de vivir, objetos, arquitectura… toda la coyuntura que identifica una ciudad, país, región. Es una forma de aprendizaje visual que nunca se olvida.
Por otro lado, cuando la celebridad sólo ha sido producto de la imaginación de un escritor, no es obstáculo para recrear a la perfección el escenario, haciendo posible plasmar todo aquello que el lector había imaginado. Es el caso del Museo de Sherlock Holmes, el famoso detective algo excéntrico, acompañado de su amigo el Dr. Watson, producto de la mente de Sir Arthur Conan Doyle. La Casa-Museo se encuentra, como no, en 221 B de Baker Street.
Para ir finalizando este recorrido que me resulta corto, ya que podría estar escribiendo horas y horas sobre todos estos fascinantes lugares, recomiendo la visita a la Casa-Museo del Dr. Samuel Johnson (Dr. Johnson´s House), situada en el número 17 de Gough Square, muy cerca de la conocida Fleet Street. El Doctor fue un reconocido poeta, novelista, lexicógrafo, crítico y ensayista. En este museo vimos la delicada recreación de una morada del S. XVIII.
Así pues, espero que disfrutéis de estas visitas, pero lo más importante es el deseo de descubrirlas “in situ”.
Fuentes:
https://www.britishmuseum.org/?ref=header
http://iessonferrerdgh1e07.blogspot.com.es/2012/02/ud-21-grandes-lineas-de-investigacion.html
http://www.visitlondon.com/es/
http://www.sherlockholmesonline.org/
http://www.sherlock-holmes.co.uk/
http://www.drjohnsonshouse.org/index.html
http://elpais.com/diario/2007/05/03/cultura/1178143208_850215.html
http://sobrelondres.com/2011/01/10/sitios-escondidos-en-londres-la-casa-del-dr-johnson/
En colaboración con iHistoriArte| Little Lottie
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