Escondido en medio del barrio judío de Ámsterdam, el Plantage, prácticamente pasa inadvertido este majestuoso edificio con forma de castillo. Se trata de lo que un día fue la sede de La Unión General de Trabajadores de Diamantes Holandesa o A.N.D.B. -siglas en holandés-. Durante décadas, este edifico jugó un papel importantísimo en la vida cotidiana de los trabajadores de diamantes de la ciudad. Conocido como el «Castillo de los Ladrones» o «el Bastión«, se convirtió en el punto neurálgico de la lucha obrera en Ámsterdam durante la primera mitad del s. XX.
En busca de mejores condiciones para los trabajadores
Gracias al comercio de los diamantes el proletariado, mayoritariamente judío, de Ámsterdam pudo resurgir de la abyecta pobreza en la que se había visto sumido durante la segunda mitad del siglo XIX.
La lucha por la emancipación de los trabajadores se ve expresada en la creación de gremios para cada una de las especialidades conocidas del comercio de los diamantes.
Hay que recordar que actividades como el comercio del azúcar, el tabaco, la medicina, actividades relacionadas con la banca o el comercio de diamantes habían sido el único reducto que habían tenido los trabajadores judíos desde su llegada en el siglo XVII a los Países Bajos, ya que habían estado vetados en todas las demás actividades gremiales.
Pero estos grupos especializados pronto se vieron sumergidos en disputas relativas al estatus de los trabajadores de las diferentes especialidades. El desplome de los precios del diamante durante el colapso del comercio en 1876 no hizo más que agudizar la situación. Desembocando en luchas internas entre grupos de trabajadores cristianos y judíos.
La Unión de Trabajadores de Diamantes surgirá como un intento por unir a las diferentes facciones
Pero el punto de inflexión será la huelga de 1894. Trabajadores católicos, mal pagados, tomaron la iniciativa seguidos de otros grupos de trabajadores protestantes. Espoleados por Jan van Zutphen y Henri Polak la huelga se convirtió en una huelga general. Y como resultado Polak creará la definitiva ANDB seguido por miles de trabajadores.
Inicialmente se reunían en cafés y bares pero el creciente número miembros hizo necesaria la compra de su propio edificio.
El castillo de los ladrones símbolo de la lucha obrera en Ámsterdam
El arquitecto H.P. Berlage, conocido por sus ideas socialista, fue el encargado de la construcción del edificio. Berlage fue el encargado del diseño interior y exterior del edificio y de todo el mobiliario. Y con la ayuda de diferentes artistas holandeses creó una majestuosa obra de arte llena de esculturas, vidrieras y murales.
Se puede decir que este edificio es una de las creaciones más impresionantes del movimiento obrero holandés.
Sabías que… Berlage se inspiró en los palacios italianos para el diseño del edificio. Todo ello queda reflejado en la funcional ornamentación y el uso plástico de materiales combinado con el trabajo de ladrillo.
Indudablemente el edificio encarnó las expectativas socialistas del movimiento, como se demuestra en los comentarios del periódico Het Volk (El Pueblo):
Una fortaleza para las masas trabajadoras. Mostrando su poder sobre los demás, con la gran torre de ladrillo rojo en lo alto. Mira este edificio! Se mantendrá en pie por toda la eternidad. Da testimonio de la fuerza inamovible como una roca, de la determinación y la gravedad de la propuesta. En lo alto, la torre corona el edificio en forma de castillo ricamente decorado. Símbolo de la unidad, la torre, se alza sobre la estructura como una poderosa declaración de intenciones. Proclamando sobre las azoteas de la ciudad el triunfo de la unidad y el trabajo.
En 1904 la ANBD provocó una huelga masiva que rompió definitivamente la resistencia de los joyeros y pulidores de diamantes a mejorar las condiciones de los trabajadores.
De ahí en adelante la ANDB siempre estuvo envuelta en todas las actividades de la historia social de los Países Bajos.
Gracias a la huelga se introdujo el derecho a una semana de vacaciones al año, la jornada laboral de 8 horas, así como se aumentó el status de los trabajadores al de una «persona libre y civilizada con un sentido del valor personal y con interés en las artes y la cultura.«
Aunque parezca algo vano, esto marcará un hito importante, por primera vez se consideraba a los trabajadores «personas libres» y el «ocio» dejaba de ser patrimonio exclusivo de las élites.
Autor| Dave Meler
Imágenes | W. Commons
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