Este habría sido un juguete muy caro, elaborado por artesanos e importado a través del canal. Según los arqueólogos nos permite ofrecer una visión del nivel de vida que llevaban los anglosajones nobles en el siglo VII en Kent, Inglaterra.
Esta pieza ha sido la única de este estilo descubierta en el yacimiento de Lyminge, aunque se han constatado hallazgos similares en otras fosas y enterramientos anglosajones. Esta es la primera pieza de tan alta calidad que se ha encontrado hasta el momento desde el descubrimiento del yacimiento de Buckinghamshire en 1880. Se trata de una pieza de Backgammon de gran manufactura. Según el arqueólogo de la Universidad Reading Gabor Thomas. «No sólo se trata de una pieza de gama alta, muy posiblemente de procedencia Italiana. Guarda similitudes con las mejores piezas de fuera de Inglaterra, como las del reino lombardo del siglo sexto. Si estas piezas son de hecho de fabricación lombarda, entonces implicaría que los reyes de Kent disfrutaron de la última moda en la cultura del juego, cortesía de sus trascendentales contactos continentales”.
Hasta ahora se había encontrado piezas del juego hechas de trozos simples de hueso o madera, eran algo común, pero esto fue un juguete especial, hecho de una pieza hueca y cerrado con tapas de madera delicadamente torneadas y sujetas con un pasador de bronce.
En Lyminge, los cimientos de la inmensa sala, 8,5 por 21 metros, lo suficientemente grandes como para albergar al menos a 60 personas, fueron descubiertos en 2012. Pero las excavaciones de este verano han sacado a la luz nuevos edificios asociados al complejo. Los pasillos tenían puertas flanqueadas por enormes postes de madera y suelos de mortero picado con baldosas, una superficie que sólo se han encontrado previamente en las primeras iglesias anglosajonas.
Los arqueólogos encontraron los restos en uno de los pasillos junto a una gran sala de banquetes, el más grande conocido en el sur-este de Inglaterra. Los cimientos del palacio se extienden por debajo de la plaza del principal en Kent. En el yacimiento también han aparecido grandes cantidades de cerámica, huesos de animales, objetos de bronce, incluyendo un arnés de caballo y joyería, así como objetos de cristal (algunos de ellos parecen haber sido reciclados de yacimientos romanos).
Al parecer los pasillos laterales sirvieron de alojamiento, mientras que la gran sala central se utilizaba como sala de reuniones o banquetes. Como narra Heorot en el poema épico Beowulf, suntuosas fiestas de temporada que prolongaban durante días con bebida, presentación de regalos, juegos y la narración de historias, mientras se servía abundante comida.
Los anglosajones fueron ávidos jugadores de juegos de mesa y juegos de azar: tabula, una forma temprana de backgammon o latrunculi, un juego similar, son con frecuencia representados en grabados. Muchos hombres eran enterrados con sus dados o algunas piezas de juegos.
Las únicas piezas de tan fina manufactura como estas encontradas hasta ahora son as de la tumba excavada en Taplow perteneciente a la aristocrática sajona en Buckinghamshire. Se trataba de 10 piezas, claramente fueron una posesión muy preciada por su dueño ya que se encuentran debajo de los pies del muerto, están ahora en el Museo Británico. Se encontraron bien dispuestas, se cree que pudieron haber sido originalmente colocado en el tablero listas para jugar.
El profesor Gabor cree que el complejo y las fiestas paganas fueron abandonados por las tribus anglosajonas al adoptar la nueva y poderosa religión cristiana, y fundaron un nuevo asentamiento en la colina cercana que rodea lo que todavía es la iglesia del pueblo.
Fuentes| The guardian