Tiene un gran pasado, mucho presente y un gran futuro. Se cree que el origen más remoto de los trenes se encuentra en la antigua Mesopotamia. Allí los carros que utilizaban para el transporte de mercancías y de personas, iban dejando surcos sobre la tierra. Cuando se hacían muy profundos servían como guías. Al pasar de los años, cuando se pavimentaron las calles se dejaron a propósito estos surcos para el mejor desenvolvimiento de los carros. ¡Qué curioso!, ¿verdad? ¿A qué os recuerda al funcionamiento de los raíles? Seguro que sí, pero aún debió de pasar muchísimo tiempo para que el tren como lo conocéis ahora apareciera.
El tren surgió en una época que se llamó Revolución Industrial, durante los siglos XVIII y XIX. Fue un tiempo en el que las ciudades aumentaron mucho el número de sus habitantes porque acudían muchas personas desde el campo en busca de trabajo. También se crearon muchas fábricas. Es en una de ellas donde un ingeniero inglés llamado Richard Trevithick, creó la primera locomotora a vapor del mundo, fue en 1802.
Yo enseguida de saber esto, me pregunté, ¿cómo funcionarían esas locomotoras? Y lo averigüé. Aprovechaban la fuerza o energía que se produce cuando el agua se lleva a ebullición y sale el vapor del agua. Para eso la locomotora llevaba una gran caldera donde se quemaba carbón. Había un señor llamado fogonero que era el que se encargaba de mantener la caldera caliente echando carbón continuamente. El vapor entraba en un tubo que a su vez empujaba un pistón que es que lo que hacía posible que se movieran las ruedas. El humo de la caldera salía por la chimenea.
Y con su ruido tan característico y su humo, estos trenes dieron la oportunidad de trasportar grandes cantidades de mercancías y hacer posible que las personas viajaran mucho y de forma más rápida y cómoda a como estaban acostumbradas. Los raíles y los trenes se extendieron por todo el mundo.
Posteriormente la locomotora de vapor dio paso a las eléctricas llamadas también locomotoras diesel, mucho más limpias y que se movían a mayor velocidad. Donde primero se hicieron pruebas fue para los tranvías que era el transporte público más utilizado en las ciudades, hasta entonces tirado por caballos.
Actualmente siguen funcionando en muchas ciudades con un aspecto algunos muy modernos y otros que mantienen el encanto de lo antiguo.
También se hicieron subterráneos, es el metro, que muchas ciudades utilizan como transporte mayoritario debido a que se desplazan con mucha rapidez.
Todos estos tipos de trenes se mueven sobre raíles dobles pero también hay un tipo que va sobre un solo raíl. Entre estos trenes, llamados monorraíles, hay unos que van suspendidos de de una viga que va por encima de ellos, ¡son impresionantes!
Y se sigue diseñando nuevos trenes más rápidos y seguros como el Tren de Alta Velocidad, AVE, aquí en España y también en otros países. Estos trenes llevan unos cables suspendidos sobre el tren que son los que pasan la corriente eléctrica a los motores.
Fue Japón el primer país que lo llevo a término y actualmente forman parte de su fisonomía como algo natural, se les llamó los trenes balas por la forma de su locomotora que se asemeja a eso, a una bala. Se inauguró en 1964 para los Juegos Olímpicos de Tokio y fue un verdadero éxito.
Debido a la fisonomía del país, Japón, sigue invirtiendo y diseñando otras posibilidades para mejorar su red ferroviaria y los avances en este medio de transporte no paran y ya existen trenes de levitación magnética o maglev que van suspendidos sobre raíles con imanes. Es decir que no hay contacto entre los raíles y el tren. ¿Os lo imagináis? A mí me daría un poco de cosa montarme en uno, aunque he leído que son muy seguros.
Son más rápidos que los de alta velocidad, pero las infraestructuras necesarias para su funcionamiento son muy costosas por lo que no todavía no han tenido un gran desarrollo, son los japoneses los que continúan intentando que sean viables.
No puedo hablar de la historia del tren sin contaros de algunos de ellos que sin duda habréis escuchado mencionar y que fueron y son, muy especiales.
Por ejemplo El Orient Express o El expreso de Oriente. Este tren comenzó realizando la ruta entre París y lo que es hoy Estambul. Se inauguró en 1883. Era un tren muy lujoso, con muchas comodidades y al que solo tenían acceso la gente muy rica y la aristocracia. Este tren ha formado parte de películas y también ha aparecido en la literatura, como en el caso de la novela, que os sonará, sino la habéis leído ya, La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne.
Otro tren con mucha historia es el Transiberiano, que atraviesa Rusia de punta a punta, el tren más largo del mundo, ya que sus vías se extienden por cerca de 10.000 kilómetros. Saliendo desde Moscú, hasta llegar a la ciudad de destino, Vladivostok, tarda seis días, pasando por paisajes inhóspitos y de gran belleza.
Y un tren que parece un palacio sobre ruedas es el Al Andalus. Recorre Andalucía. Muy lujoso, recrea los años veinte en sus instalaciones, con suites y habitaciones que no lo parecen y salones con mucho estilo. Realizar un viaje en él sale muy caro, pero quién sabe a lo mejor podéis alguna vez disfrutar de un viaje en él o le bajan los precios para que más persona puedan disfrutarlo, estaría bien ¿verdad?
Estoy seguro que os espera un futuro lleno de avances tecnológicos también en el mundo del tren.
Bueno amigos, espero que este recorrido que hemos realizado juntos os haya gustado, como siempre nos encontraremos en mi próximo artículo.
Me encantará que me visitéis, os esperan sorpresas, en mi página de Facebook Pantapa en Pekehistoria.
Vuestro espantapájaros amigo, Pantapa
Bibliografía| El libro del saber de la editorial Libsa
Fuentes| W. Commons